Por Claudia González Catalán
Santiago de Cuba, 31 dic.— “La ciudad de Santiago de Cuba llega bella a esperar el nuevo aniversario del Triunfo de la Revolución, con todos los logros y sacrificios que hemos tenido”. Así lo afirma Mayra Cabreras, una de tantos santiagueros orgullosos por su ciudad. Todos los municipios de la provincia renacen a la par, al pulso del trabajo colectivo, pero la Ciudad Héroe crece sostenidamente para sorprender a quienes llegan o la habitan.
Ya no es solo la ciudad de la historia, del Moncada, la Plaza del General Antonio o el nicho eterno de Fidel. La urbe diversifica sus matices entre obras que se consolidan y otras aún por estrenarse.
“Pienso que Santiago por vez primera se ha visto tan lindo y cada día embellece más. Es satisfactorio saber que el esfuerzo que estamos haciendo no ha sido en vano. Veo a la gente contenta, paseando, entre familia”. La percepción de Yausbel Martínez, otro santiaguero, no se equivoca. El plan de desarrollo eleva el potencial de la ciudad con nuevas instalaciones
Enclavado en los anillos fundacionales de la ciudad y cercano al mar, alista su renacer un edificio que distingue a la arteria más concurrida de Santiago de Cuba.
El Corredor Patrimonial Enramadas comparte su nombre con el hotel que hoy renace como parte del crecimiento turístico de la urbe.
Construido en la década del 30, y reforzado hoy con fibra de carbón, ofrecerá 18 habitaciones en su primera etapa de terminación. Otras 30 se anexarán con una futura ampliación que, además de los servicios de lobby bar y roof garden, prometen hacer de este, un sitio de obligada visita.
En apenas unos meses también se ha recuperado otra instalación emblemática de la hospitalidad santiaguera. Rescatado del quebranto estructural y estético, vuelve a lucir coherencia con su nombre el Perla de Cuba. No hay transeúnte que no se detenga ante los primeros indicios del esplendor que antecede a las 28 habitaciones.
Con 4 y 3 estrellas, respectivamente, estas instalaciones de la marca Encanto, operadas por el grupo Cubanacán, encontrarán complemento en la gastronomía. La empresa Compay Thiago, ahora con todos sus servicios en moneda nacional, asume instalaciones del mundo gourmet santiaguero, como el Restaurante 1 900 y la cafetería Las Columnitas.
Esta última se amplía con dos salones para ofrecer especialidades de comida rápida (como pollo, helados, espaguetis, hamburguesa, perros caliente), elaboradas frente al cliente, pero mantiene su habitual servicio de 24 horas.
Asimismo los centros comerciales ya se integran a la cotidianidad de medio millón de habitantes; mientras que las noches reverencian la tradición con una oferta de ferias diversas y populares.
Cada fecha suma otra motivación a los santiagueros, pero el trabajo para desarrollar esta urbe centenaria es constante. Su imagen, su limpieza, sus servicios, de los que se habla hoy en el resto de Cuba, son el resultado de un pueblo comprometido con el desarrollo social.
Sin embargo, en diciembre siempre se mira hacia el corazón fundacional de la villa. Las criollas se asoman desde el balcón de la casa más antigua a la ciudad moderna, mientras el Parque Céspedes perdura con sus juglares y sus asombros.
En el primer instante del nuevo año, la Fiesta a la Bandera, tradición enraizada en esta plaza colonial hace más de un siglo, soplará los designios de un año muy significativo para los cubanos. Laura Díaz, asegura que estará allí a la espera de esta celebración:
“Hace falta que ondee de maravilla porque si no, son malos augurios. Yo sí pienso que va a ondear y mucho este año. Va a ondear libremente, por el 60 aniversario. Y para el próximo año que todo siga mejor, que todos los cambios que vengan sean a favor de nuestro proceso revolucionario y lo que nos queda es trabajar y luchar”.
Este año la enseña tricolor escalará por el remozado edificio que comienza a escribir una nueva historia. Tras 60 años de Revolución, el balcón desde donde también se anunció el triunfo rebelde, volverá a confirmar a esta urbe como la ciudad de las victorias.
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