Santiago de Cuba, 8 may.— Hoy se cumplen 50 años de la muerte en Venezuela del cubano Antonio Briones Montoto, quien el 8 de mayo de 1967 cayó combatiendo por la libertad de ese país en la Playa Machurucutu cuando cumplía una misión internacionalista de ayuda a esa nación suramericana.
Briones Montoto, quien había nacido en
la barriada del Diezmero en La Habana, se integró a mediados de MIL 956
al movimiento 26 de julio cuando cursaba el tercer año del bachillerato,
siendo apresado en una manifestación que se inició en la Universidad
capitalina. Dos meses después fue forzado a exiliarse en Nueva York,
siendo enviado luego a Méjico para entrenarse en la lucha guerrillera.
Del país azteca se trasladó nuevamente a Estados Unidos donde lo sorprendió el triunfo de la revolución el primero de enero de 1959. Al regresar a la isla asumió responsabilidades en el Ministerio de Hacienda y Agricultura, así como en el ICAIC hasta que a principios de 1962 ingresó en el Ministerio del Interior donde terminó sus estudios de bachillerado y comenzó la carrera de economía en la Universidad de La Habana.
Briones Montoto no dudó en cumplir con el deber internacionalista y como el Che y otros cubanos, dejó su cargo y el calor familiar para ayudar a otros pueblos del mundo a obtener su libertad. En una carta que dejó a sus hijos señala: “Ustedes crecerán, es probable que yo les pueda faltar, pero les queda lo principal: una revolución, deben ser fieles a ella como lo fue su padre”
Como parte de su misión internacionalista a principios de mayo de 1967 partió a Venezuela con el propósito de asegurar el desembarco de revolucionarios en ese país y regresar. Sin embargo, cumplida la primera parte de ese plan, muere el 8 de mayo de 1967 en la Playa Machurucutu en un enfrentamiento con tropas del ejército venezolano.
Diez días después, en las páginas del diario Granma apareció una nota del Comité Central del Partido que señalaba: “Si fuese cierta la noticia de que el joven cubano Antonio Briones Montoto cayó de dos balazos en la cabeza y yace enterrado en el cementerio de Machurrucutu por ayudar a los revolucionarios venezolanos, nuestro Partido y nuestro pueblo se solidarizan profundamente con ese gesto altruista, revolucionario, internacionalista y heroico”
50 años después de su muerte heroica por la libertad de Venezuela Antonio Briones Montoto se erige como símbolo de la amistad y la hermandad que unen hoy a nuestros dos pueblos.
Del país azteca se trasladó nuevamente a Estados Unidos donde lo sorprendió el triunfo de la revolución el primero de enero de 1959. Al regresar a la isla asumió responsabilidades en el Ministerio de Hacienda y Agricultura, así como en el ICAIC hasta que a principios de 1962 ingresó en el Ministerio del Interior donde terminó sus estudios de bachillerado y comenzó la carrera de economía en la Universidad de La Habana.
Briones Montoto no dudó en cumplir con el deber internacionalista y como el Che y otros cubanos, dejó su cargo y el calor familiar para ayudar a otros pueblos del mundo a obtener su libertad. En una carta que dejó a sus hijos señala: “Ustedes crecerán, es probable que yo les pueda faltar, pero les queda lo principal: una revolución, deben ser fieles a ella como lo fue su padre”
Como parte de su misión internacionalista a principios de mayo de 1967 partió a Venezuela con el propósito de asegurar el desembarco de revolucionarios en ese país y regresar. Sin embargo, cumplida la primera parte de ese plan, muere el 8 de mayo de 1967 en la Playa Machurucutu en un enfrentamiento con tropas del ejército venezolano.
Diez días después, en las páginas del diario Granma apareció una nota del Comité Central del Partido que señalaba: “Si fuese cierta la noticia de que el joven cubano Antonio Briones Montoto cayó de dos balazos en la cabeza y yace enterrado en el cementerio de Machurrucutu por ayudar a los revolucionarios venezolanos, nuestro Partido y nuestro pueblo se solidarizan profundamente con ese gesto altruista, revolucionario, internacionalista y heroico”
50 años después de su muerte heroica por la libertad de Venezuela Antonio Briones Montoto se erige como símbolo de la amistad y la hermandad que unen hoy a nuestros dos pueblos.
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