Un cuadrangular de Alex Ríos con un compañero a bordo en la séptima entrada y una dominante actuación del pitcheo encabezado por el abridor y ganador Mario Santiago le permitieron al equipo de Puerto Rico suscribir una gran sorpresa en la fase semifinal del III Clásico Mundial de Béisbol, disputada en la ciudad estadounidense de San Franccisco, al destronar a los campeones de las dos primeras versiones del evento y colocar al beisbol caribeño a las puertas del reinado universal.
A pesar de los pronósticos adversos por la desventaja de enfrentar un largo viaje para lidiar con el descansado y fuerte equipo de Japón la tropa de Edwin Rodríguez salió desde el comienzo con la determinación de echar por tierra todas las predicciones y marcaron en la misma primera entrada una carrera por jit impulsor de Mike Avilés que los colocó en estrecha ventaja hasta la séptima entrada cuando Alex Ríos llevó la pelota a las gradas del jardín izquierdo y amplió el margen para propiciar el éxito, ya que japón desscontó una en la parte baja del octavo que les resultó insuficiente y la pizarra quedó definitivamente 3 carreras por 1.
Los boricuas respaldaron el margen vencedor con una hermética actuación de sus lanzadores Mario Santiago (cuatro y un tercio con sólo dos jits permitidos), José De la Torre (una entrada y un tercio, un jit), Xavier Cedeño (una entrada y un tercio sin jits), Randy Fontanez -el eslabón más débil- (permitió la única carrera de los asiáticos, sacó apenas un out y permitió tres jits), Juan Carlos Romero (una entrada sin jits) y Fernando Cabrera dos tercios, sin libertades y merecedor de punto por juego salvado).
El choque lo perdió el abridor Kenta Maeda, primero de un total de seis serpentineros utilizados por Yamamoto.
Esta noche tendrá lugar la otra semifinal entre Holanda y República Dominicana. Si se cumnplen los pronósticos podríamos tener una final totalmente caribeña, pues los dominicanos vienen suscribiendo una formidable actuación con la cual quieern borrar sus fracasos de las dos primera ediciones.
Aún así, Holanda es un rival de cuidado que ya refrendó una de las grandes sorpresas de la cita al eliminar al equipo cubano.
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