A plena capacidad fábrica de pastas y camarelos

Autor :Mariano Aldana Villalón

Solo bastó una veintena de días para que el colectivo de la fábrica de pastas y caramelos de Santiago de Cuba echara andar su tecnología con el mismo flujo de producción de alimentos, antes de la llegada del huracán Sandy.

A decir verdad, la gente no creía que en tan pocos días se levantaría la entidad santiaguera, pues al cuantificarse los daños el cumulo de trabajo demandaba de mucho más tiempo.

Téngase en cuenta que prácticamente el 60 % de la cubierta fue afectada, mientras los silos de materias primas perdieron toda la superficie que los protege, provocando la contaminación de unas 32 toneladas de harina. Ello sin contar las otras 5 toneladas de productos terminados.

Bueno en definitiva, los hombres y mujeres de Pastas y Caramelos encararon ese desafío con total entrega, aún en los días del paso del ciclón. La gente estuvo trabajando día y noche, auxiliado por un grupo energético.

Como era de esperar los resultados afloraron. Las áreas internas quedaron despejadas y erradicadas todas las filtraciones. Se preservaron las materias primas y hoy precisamente, arrancaron los equipos que garantizan las pastas que se destinan al consumo de la población.

Debo significar que si antes no comenzó la producción se debió al reto que le impuso a los trabajadores del departamento eléctrico la rotura del panel de los silos, seriamente deñado.

Sin pensarlo dos veces, los eléctricos acometieron la tarea, que por demás necesitó de varias inventivas, pues algunos de sus componentes quedaron inservibles. Al final, después de intensas jornadas el equipo quedó apto para la producción de alimentos.

Ahora cuando todo vuelve a la normalidad, el colectivo de Pasta y Caramelos se siente más confiado y seguro pues la fábrica recién alcanzó toda su vitalidad productiva.

Su colectivo se empeña en cumplir el día 20 de este mes con las 420 toneladas de pastas largas y cortas del mes de diciembre (faltan unas 138 toneladas) y continuar los compromisos en los surtidos de galletas, sorbetos y confituras. Con este paso, la gente espera terminar el año por todo lo alto y empezar enero con un mayor empuje.