Plaza de la revolución

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martes, 29 de noviembre de 2011

¿Escapa el turismo cubano a las afectaciones del bloqueo norteamericano a la isla?

Adis López González
La industria turística, por su incidencia en la economía cubana, continúa siendo intensamente asediada como parte de las acciones del bloqueo económico, político y financiero del gobierno norteamericano contra Cuba. Durante la administración de Bush hijo, los ingresos dejados de percibir por esta actividad se estiman en el orden de los 1419.4 millones de dólares.

Según declaraciones de la Agencia de Viajes de América (ASTA) ante la Comisión de Comercio Internacional (ITC), de no existir la prohibición de viajes de ciudadanos norteamericanos a Cuba, 1.3 millones de turistas de estancia y medio millón de cruceristas podrían visitar la isla.

Informes de otras investigaciones de mercado realizadas por empresas estadounidenses de turismo y otras vinculadas al sector del transporte aéreo, estiman que en unos pocos años, de eliminarse el bloqueo, la cifra de visitantes a Cuba, procedente de Estados Unidos, superaría los cinco millones por año.

En esta política sucia se destaca el énfasis puesto en amenazar y sancionar todo tipo de relaciones por ventas “on line” de servicios turísticos cubanos, reservaciones de pasajes, alojamiento, arrendamientos de aviones, turismo de crucero y turismo náutico.

Según informaciones publicadas por algunos medios de difusión, la popular Agencia Norteamericana de Viajes por Internet Travelocity.com fue multada por 182 mil 750 dólares, debido a que la misma habría violado entre 1998 y abril del 2004 el bloqueo a Cuba en 1458 ocasiones, al proveer sin la licencia requerida, “servicios de pasajes y hoteles en los que el Gobierno de Cuba o ciudadanos cubanos tenían “intereses” relacionados con los viajes a la isla.

Como si no fuese suficiente, constantemente se adoptan nuevas medidas como parte del Programa de Vuelo Seguro, donde se establece que las líneas aéreas canadienses que sobrevuelan el territorio norteamericano, se verán obligadas a entregar con 72 horas de anticipación los datos personales de todos los pasajeros en vuelo que crucen el territorio estadounidense, incluyendo los que tienen a Cuba como destino. Esta medida intensifica la persecución a los ciudadanos estadounidenses y residentes de origen cubano que pretendan viajar a la isla.

También a inicios del 2008 comenzó la aplicación reforzada de medidas de presión a la Empresa Boeing. Como resultado de estas acciones, dicha compañía amenazó a la aerolínea Air Europa con suprimirle los servicios considerados imprescindibles, en caso de que continuase arrendando sus aviones a la compañía Cubana de Aviación.

Ante las consecuencias que estas acciones tendrían para la aerolínea, la misma decidió suspender el arrendamiento y otras operaciones de vuelos con Cubana de Aviación. Ello conllevó a afectaciones en el número de turistas provenientes de España, Reino Unido y Francia. Por este concepto se produjeron pérdidas a la industria cubana del turismo que superaron los 2 millones de dólares.

El 14 de febrero del 2008, la Compañía de Seguros AIU Insurance Company de Japón, cumpliendo instrucciones de su casa matriz en los Estados Unidos, notificó a sus clientes la decisión de excluir a un grupo de países, entre ellos Cuba, de la cobertura del seguro para viajes al extranjero, afectando así el número de turistas japoneses, debido al incremento de la prima de seguro al viajero y al encarecimiento del costo del paquete turístico.

Y hasta la firma japonesa Yamaha, después de 20 años de suministrar motores con destino a la pesca y al turismo cubanos, se ha negado a continuar la venta de estos, e incluso a ofertar piezas de repuesto para los ya existentes, aduciendo las regulaciones del bloqueo.

Y así pudiera enunciar miles de arbitrariedades. En próximos comentarios me acercaré a otros sectores de nuestra economía interna y externa que también reciben los efectos negativos del criminal y genocida bloqueo económico, político y financiero que durante más de cinco décadas han mantenido más de diez administraciones norteamericanas contra una pequeña isla que sólo desea dirigir en paz los destinos de su nación.

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