Plaza de la revolución

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martes, 18 de octubre de 2011

Antonio Guerrero, un héroe de planos de y palas

Autor :Israel Hernández Planas

El héroe cubano prisionero en Estados Unidos es recordado por sus compañeros del Aeropuerto Internacional Antonio Maceo, por ser un excelente trabajador

Antonio Guerrero Rodríguez desembarcó procedente de Moscú con cientos de sueños en su cabeza y en su maleta un título de Ingeniero en Construcción de aeródromos conseguido en la Universidad Técnica de Kiev. Era el año 1983.

A penas llegó a Cuba su inserción en la empresa Cubana de Aviación puso a prueba su pasión por la aeronáutica y su sapiencia como ingeniero. Era el momento de demostrar prácticamente  la validez de su índice académico de 4,7 y los 5 puntos que obtuvo en la tesis de grado. Tony, como se le conoce popularmente por el pueblo cubano, no decepcionó a los que pusieron un voto de confianza en él.

Sin embargo no fue hasta finales de la década de 1980 cuando el joven ingeniero tendría su prueba de fuego ante una obra de colosal envergadura sobre la que el país tenía sus ojos: la ampliación de la pista de aterrizaje del Aeropuerto Antonio Maceo, de Santiago de Cuba.

Sólo ver las imágenes de lo hecho suele dar la dimensión de lo azaroso y complejo de está obra. La corta pista limitaba al fondo con un barranco natural que interrumpía el largo del cerro donde se encuentra el aeródromo. Habría que rellenar dicho despeñadero para darle un solo nivel al terreno y poder extender la carretera de asfalto por donde ruedan los aviones en su despegue o aterrizaje. Antonio Guerrero fue el designado para ejecutar las inversiones de está maravilla ingeniera.

No fue hasta el año 1991 cuando estuvo lista, no sólo la pista, sino también una moderna Terminal aérea que dio renombre al Aeropuerto Antonjo Maceo, las obras lo hicieron Internacional y su pista, de 4001 metros, era la más larga de Cuba.

Hoy Antonio Guerrero tiene su dimensión de héroe por defender a Cuba de acciones terrorista hilvanadas en el sur de la Florida estadounidense. Hace ya muchos años que sufre una prisión mezquina por sus actividades antiterroristas. Sin embargo quienes compartieron con él en las difíciles jornadas de la ampliación de la pista santiaguera le recuerdan vívidamente y hablan de su calidad humana y laboral

Luis Mercerón Neyra es un hombre afable, dispuesto. Se desempeña muy bien ante la prensa, pero es con la cuchara de albañil, la pala y el pico donde su habilidad aflora. Compañero de Antonio Guerrero  maneja los recuerdos tan hábilmente como la frota.

“Tony era amigo. A uno le costaba trabajo pensar otra cosa de él, me refiero en los momentos en que todo el mundo le creía sin amor por la Revolución. Es que yo le conocí bien sabe”, refiere Mercerón con  aire seguro.

“Había que ver lo que fue la ampliación. Eran cientos de camiones volcando toneladas de roca y tierra en el hueco que había al final de la pista. Pero Tony no se conformaba con la poderosa acción de los camines de volteo. Había que echar tierra con las palas, eso era día y noche. No podía estar solamente con los planos en las manos. Se quitaba la camisa y el sudor le corría a chorro por el cuerpo. No parecía un ingeniero, parecía un constructor más de la brigada", sentencia Mercerón Neyra.

Así era Antonio Guerrero. Uno puede pensar  que su dedicación por el trabajo se manifestó sólo en esta colosal obra que inauguró el Comandante en Jefe el 15 de octubre de  1991.

“Ho hombre no. Esa era trabajador a toda hora y en cualquier sitio. En una ocasión nos encontrábamos varios albañiles  trabajando en la construcción de un radiofaro en el aeropuerto de Guantánamo. Llegó Tony a una reunión en dicho aeropuerto, nos saludó y siguió a sus asuntos. Al poco rato, estaba de regreso donde nos encontrábamos y dijo: Se acabó la reunión, préstenme un overall”, y se puso a trabajar con nosotros”, narra el albañilque fue uno de los que compartió el trabajo de la pista con Antonio Guerrero.

Hoy cualquiera puede buscar el nombre de Antonio Guerrero en Internet y obtener pasajes de la vida de este héroe cubano. Hasta  la ubicua WIKIPEDIA suele dedicar un espacio para la relación de Antonio con sus antiguos compañeros de trabajo: “Era respetado y querido por sus compañeros de trabajo, por su buen carácter, estado de ánimo, alegre, su disposición a ayudar al necesitado y la calidad como trabajador”. Sin embargo  basta llegar al aeropuerto santiaguero para comprobar cuanto se le quiere  y admira a Antonio Guerrero, el luchador antiterrorista, el ingeniero, el constructor de sudor corriente.


 

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