Por Aida Quintero Dip
Santiago de Cuba, 2 ene.— La mayoría de los santiagueros apunta el triunfo de la Revolución como el hecho más trascendente de su vida, y muchos aseguran que la felicidad que les proporcionó es estímulo para trabajar cada día, luchar por fortalecerla y salvaguardar sus conquistas.
Numerosos compatriotas consideran única e irrepetible esa epopeya que ha sorteado dificultades y escollos y, a pesar de la tozudez del imperio, llega vigorosa a su aniversario 59 con sueños aún por realizar para satisfacción del principal protagonista, el pueblo.
Este proceso tan legítimo está avalado por el espíritu de resistencia de los cubanos, valora el joven médico Josué Gaínza, quien agrega que tal posición le ha permitido llegar hasta hoy invicta, con dignidad y reconocida valentía, en lo que radica una de sus virtudes esenciales, precisa.
Para el experimentado maestro Luis Caballero Guerra, hizo otras proezas apenas alcanzada la victoria como la Campaña de Alfabetización, en pleno 1961, que dio luz y saber a iletrados y abrió el sendero de la educación y la cultura para todos los que quisieron aprovechar la posibilidad de superarse y ser útil a la sociedad.
El horizonte que se abrió no admitió excepciones, lo mismo ofreció oportunidad para el hijo del campesino o del obrero, las amas de casa o personas humildísimas del pueblo, que no podían vislumbrar su futuro antes del primero de enero de 1959.
Ahora por doquier hay prominentes científicos, médicos, pedagogos; artistas y deportistas que dan glorias a la Patria; probados oficiales de las Fuerzas Armadas Revolucionarias o el Ministerio del Interior e intelectuales que prestigian la nación.
Este aniversario 59 de la victoria es ocasión especial para honrar a las madres que entregaron héroes sin reparos a la Patria, a las que hicieron que sus hijos se empinaran para defender el país, siguiendo el ejemplo de Mariana Grajales, piensa la joven economista y madre de dos hijos, Yoíma González González.
También es significativa la fecha para los combatientes del Ejército Rebelde, muchos de los cuales se fueron casi niños a la guerra en la Sierra Maestra; y para quienes se enfrentaron a pecho descubierto o en silencio en la lucha clandestina en las ciudades, expresó el combatiente y periodista Manuel Antonio García Rodríguez.
La unidad y fidelidad del pueblo son las principales fortalezas de la Revolución, y especialmente para los santiagueros honrados por ser depositarios de las cenizas del líder eterno Fidel Castro, ahora más cerca de su Maestro, José Martí, en el cementerio Santa Ifigenia, señala el diseñador y caricaturista Román Emilio Pérez López.
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