Por Aida Quintero DipSantiago de Cuba, 16 ago.— Las santiagueras festejarán el aniversario 54 de la Federación de Mujeres Cubanas (FMC), este 23 de agosto, siendo protagonistas decisivas en la vida socioeconómica y un pilar en esferas como la salud, la educación y la investigación científica.
Mariela Pérez Galindo, miembro del secretariado de la FMC en la provincia de Santiago de Cuba, declaró a la AIN que el contraste es abismal con respecto a antes de 1959 en este territorio, donde hoy representan el 43 por ciento de la fuerza laboral activa en el sector estatal civil.
Precisó que antes del Primero de Enero, en el ámbito laboral de Santiago de Cuba estaban empleadas apenas ocho mil mujeres, la mayoría como domésticas, con un nivel cultural que rozaba el segundo grado, el que prevalecía, como promedio, entre la población de la Isla en esa época.
Tal situación era consecuencia de la
sociedad que imperaba en Cuba durante la seudorrepública, cuando la
tasa de desempleo del país se elevó al 8,3 por ciento y en la zona
oriental llegó hasta el 10,4 por ciento, según reflejan investigaciones
sobre el tema.
Pérez Galindo dijo que los resultados de ahora son muestra de que han aprovechado bien las oportunidades dadas por la Revolución y del alto nivel de equidad del cual disfrutan, pues representan más del 68 por ciento de la fuerza profesional y técnica, reflejo de alta calificación y protagonismo.
Han ido mucho más lejos, apuntó, al incorporarse a sectores no tradicionales, no asombra verlas manejando un tractor, machete en mano en los cañaverales, o asumiendo alternativas laborales como el cuentapropismo, con la misma devoción con que cocinan, crían a los hijos y educan a la familia.
No solo tienen derecho a un empleo decoroso, sino que logran otras ventajas como igual salario por trabajo igual, empleo como base de la seguridad social, libertad para elegirlo, igualdad de oportunidades para obtenerlo, sin discriminación de ningún tipo, además de capacitación de toda índole, acotó.
Y no le temen a ningún oficio, aunque sean duros, en el campo se desempeñan en fuertes faenas de la agricultura, son cooperativistas o usufructuarias, y barren calles como trabajadoras de Servicios Comunales, destacó la dirigente de la FMC.
Tienen responsabilidad en casi todas las ramas socioeconómicas, dirigen escuelas, policlínicos, empresas, universidades, órganos de prensa, fábricas; y constituyen el 40 por ciento de los directivos en la provincia.
Para la enfermera Dulce María Bandera Girón, la Revolución primero las dignificó y luego les abrió un horizonte de posibilidades para acceder a profesiones, oficios y puestos de trabajo, en los cuales sobresalen por su disciplina, sensibilidad y dedicación.
Manifestó que muchas trabajadoras cubanas de la salud tienen el mérito de haber prestado servicios en otras partes del mundo, haciendo realidad los sueños de que el derecho a la vida y a una atención especializada y esmerada no sea privativo de unas pocas naciones como Cuba.
Pérez Galindo dijo que los resultados de ahora son muestra de que han aprovechado bien las oportunidades dadas por la Revolución y del alto nivel de equidad del cual disfrutan, pues representan más del 68 por ciento de la fuerza profesional y técnica, reflejo de alta calificación y protagonismo.
Han ido mucho más lejos, apuntó, al incorporarse a sectores no tradicionales, no asombra verlas manejando un tractor, machete en mano en los cañaverales, o asumiendo alternativas laborales como el cuentapropismo, con la misma devoción con que cocinan, crían a los hijos y educan a la familia.
No solo tienen derecho a un empleo decoroso, sino que logran otras ventajas como igual salario por trabajo igual, empleo como base de la seguridad social, libertad para elegirlo, igualdad de oportunidades para obtenerlo, sin discriminación de ningún tipo, además de capacitación de toda índole, acotó.
Y no le temen a ningún oficio, aunque sean duros, en el campo se desempeñan en fuertes faenas de la agricultura, son cooperativistas o usufructuarias, y barren calles como trabajadoras de Servicios Comunales, destacó la dirigente de la FMC.
Tienen responsabilidad en casi todas las ramas socioeconómicas, dirigen escuelas, policlínicos, empresas, universidades, órganos de prensa, fábricas; y constituyen el 40 por ciento de los directivos en la provincia.
Para la enfermera Dulce María Bandera Girón, la Revolución primero las dignificó y luego les abrió un horizonte de posibilidades para acceder a profesiones, oficios y puestos de trabajo, en los cuales sobresalen por su disciplina, sensibilidad y dedicación.
Manifestó que muchas trabajadoras cubanas de la salud tienen el mérito de haber prestado servicios en otras partes del mundo, haciendo realidad los sueños de que el derecho a la vida y a una atención especializada y esmerada no sea privativo de unas pocas naciones como Cuba.
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