Plaza de la revolución

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martes, 28 de octubre de 2014

Camilo Cienfuegos, un hombre de altura insospechada


Camilo Cienfuegos, un hombre de altura insospechadaPor Brita Garcia Alberteris

Santiago de Cuba, 28 oct.— Quienes caminan por la Plaza de Marte de Santiago de Cuba transitan justo al lado de un busto que pasa desapercibido a la mirada de los paseantes, pero cuando hacemos un acercamiento a la tarja, comprobamos que esta dedicado a un hombre significativo de la revolución.

Es que quizás estamos acostumbrados a un Camilo Cienfuegos sonriente y con sombrero.
Leyenda viva de Cuba su sonrisa permanece como el encanto de un hombre fiel. Tierno ante los niños, en su pensamiento de joven siempre estuvo la independencia de su patria.

Vino con los expedicionarios del Granma desde México, y su salvación entre los líderes fundamentales hizo que Fidel Castro siempre confiara en su bravura. Durante los años de la Sierra Maestra consolidó una de las mayores amistades de su vida. Siempre jaranero y bonachón era el único que rompía el inquebrantable carácter de Ernesto Che Guevara.

De la Sierra bajó al llano y en Yaguajay protagonizó la más heroica de sus batallas. En La Habana recibió a los caravaneros de la libertad y siempre estuvo junto a Fidel hasta en los Barbudos de la pelota.

Lo más trascendental de su presencia era su estatura, su delgadez y me imagino parada delante de un hombre sonriente, leal y fiero en la batalla. Desde el día en que descubrí el busto en Plaza de Marte mi mirada cotidiana siempre estará atenta a la leyenda de un hombre de altura insospechada.

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