
Por Kenia Tabares Robles
Santiago
de Cuba, 16 jul.— Quizás, no existe en Latinoamérica una vivienda que
genere tanta polémica como la que se le atribuye al conquistador de
Cuba, Diego Velázquez. Algunos especialistas coinciden al decir que es
la casa más antigua de la región. Otros ven en ella una historia con
mucho por descubrir, mas nadie pone en dudas que es una magnifica y
sólida construcción. Pero lo cierto es, que en medio de este dilema, las
memorias de la añeja casona fueron muy controversiales.
Desde que el Dr. Francisco Prat Puig la
descubrió en 1942, no fueron pocos los detractores que encontró el
investigador en su urgente proyecto por conservar el inmueble. Según
documentos del arqueólogo, "por el carácter súbito y la pureza de los
techos", se fijó en la vivienda marcada con el número 612 de la calle
Estrada Palma, esquina Aguilera en esta ciudad.
Identificada la
casa como uno de los ejemplares más genuinos de nuestra arquitectura,
Prat encaminó todos sus esfuerzos a la preservación del inmueble.
Las
hostilidades entre defensores y contendientes llegaron a su clímax en
el Ayuntamiento de la ciudad de Santiago de Cuba, en 1958, así que lo
primero que tuvo que hacer el experto fue declarar la vivienda Monumento
Nacional, para mantenerla incólume ante las manos de inescrupulosos
inversionistas de la época. En años precedentes había trabajado
incansablemente para lograrlo.
Es por ello que el día 20 de enero
del mismo año, se acordó crear una comisión para que estudiara los
valores históricos, artísticos y arquitectónicos que le eran adjudicados
a la casa, y por los cuales le fue atribuido el decreto número 94, que
la declaraba Monumento Nacional.
Según refieren Yaumara López
Segrera y Josefa Aguilera Tamayo, autoras de la Tesis de Diploma: Sala
Francisco Prat Puig del Museo Universitario (1998, de la Facultad de
Ciencias Sociales y Humanísticas), la figura de Nemesio Lovié,
historiador y concejal del Ayuntamiento de Santiago de Cuba, fue muy
importante para el futuro del inmueble.
Este cronista participó
en un Congreso Municipal de Historia Latinoamericana, celebrado en
Madrid. Allí escuchó una defensa del ya citado caso, de boca del Doctor
en Filosofía y Letras, Señor Diego Angulo Íñiguez, quien hizo manifiesta
su admiración por los valores históricos y artísticos del inmueble,
visitado por él en un viaje hecho a Santiago de Cuba bajo la
recomendación del Doctor Prat.
De regreso a Santiago de Cuba,
Nemesio Lovié estaba muy entusiasmado con la idea, así asumió la defensa
de la casa, esta vez sustentada en criterios especializados que habían
trascendido a un Congreso Internacional de Historia, y que apoyarían los
continuos alegatos del Doctor Francisco Prat Puig por la preservación
del inmueble.
Pero no fue hasta después del triunfo de la
Revolución que se acomete la restauración. A partir de 1965 la Comisión
Provincial de Monumentos de Oriente y la Dirección Provincial de Cultura
asumen dicha empresa con el asesoramiento técnico del Doctor Prat, con
el propósito de mostrarla en su estado original para destinarla a museo.
Sobre
la marcha de las investigaciones arqueológicas se fueron descubriendo
algunos rasgos de la antigüedad del edificio, como las técnicas de
construcción y estilo.
En el citado trabajo de diploma, se
destaca que la manera de mampostear el ladrillo sobre gruesos morteros
de cal y de arena era una técnica constructiva típica del siglo XVI.
El
hallazgo de una tronera, fue una prueba de mucho valor para Prat, ya
que evidenciaba que la casa había sido construida antes que el fuerte de
Diego Velázquez, erigido a 150 metros hacia la bahía, delante de la
tronera. Conociendo, entonces que el fuerte se construyó después de 1519
y antes de 1524, el arqueólogo pudo afirmar que la casa pudo ser
erigida en época anterior al referido fuerte, porque, según sus
conclusiones nunca se hubiera hecho una tronera detrás de un fuerte que
le quitaría toda funcionalidad.
Otro hallazgo de importancia fue
el horno de fundición de oro, y las estructuras de madera. En sus
testimonios el investigador alegó "Conocemos de todos las anteriores
experiencias y convencidos de la veracidad de las especulaciones que lo
acompañan, nosotros al terminar lo restauración afirmó- vemos, sin
ambages, que la construcción debió ser de la primera mitad del siglo
XVI, entre 1530 y 1550".
Han transcurrido varias décadas, y la
vivienda de la calle Estrada Palma se erige firme en el tiempo como la
Casa de Diego Velázquez, Museo del Mueble o Museo de Ambiente Histórico
Cubano. Pero, más que el nombre con el cual se le reconoce entre los
habitantes de la ciudad, lo trascendental de su existencia es el
reconocimiento aquí de la historia de Santiago de Cuba y un país.
Para
los santiagueros es motivo de orgullo tenerla entre sus reliquias
histórico-culturales. Quienes visitan la ciudad hacen una parada casi
obligada en ella, pues además de las hermosas vistas que ofrecen sus
balcones, aquí encuentran cerámicas, muebles, lámparas, vajillas, entre
otros objetos de épocas pasadas que siempre despiertan la curiosidad del
más incrédulo de los hombres.
Sea o no la casa más antigua de
Latinoamérica me gustaría seguir pensando que sí. Si se diera el caso
que un nuevo estudio demostrara lo contrario, el imaginario popular
durante mucho tiempo la hará vivir.
*Con la colaboración de la
Doctora Yaumara López Segrera. Jefa del Departamento de Arqueología de
la Oficina del Conservador de la Ciudad.