Por Coral Vázquez Peña
“ONU visitará Afganistán sobre tema de violencia contra la mujer”, “Registraron 51 mil 525 denuncias de violencia contra la mujer en 6 años”, “Violencia contra la mujer, un fenómeno universal” y “Un taller en la ciudad para la atención en la violencia contra la mujer”, son titulares que encontré en un breve recorrido por internet.
Asimismo encontré que “Hamás obliga a las niñas a ir a la escuela cubiertas con el velo”… “Pospuestos hasta después de Ramadán los azotes a una modelo malaisia por beber cerveza”. Estas últimas noticias las leí hace un tiempo en la versión digital del diario El País.
Con todo el respeto que me merecen esas culturas, que en este siglo todavía se vejen a las mujeres de semejante manera me parece un hecho insólito e inconcebible especialmente cuando las cubanas desde el mismo triunfo de enero de 1959 nos preocupamos más por el lugar que ocupamos en nuestro proyecto social.
Diría que lo que es igual, mientras la mujer cubana trata de incrementar su presencia en la ciencia, cuando es grande la representación en otras tierras del mundo para contribuir a salvar vidas duele mucho, por lo menos a mí, saber que hay personas como Kartika Seri Dewi Sukarno, que además de ser humillada por el hecho de consumir una cerveza, pidiera que además fuera castigada en público y solicitó que fuera rápido para reunirse con su familia.
Por más que releo esas noticias me parece imposible, y más que inadmisible, me lacera el alma que no marchemos todas al unísono en el camino por lograr una verdadera cultura de equidad.
Entonces me pregunto cómo sería el mundo si fuera así, porque algún día tiene que ser, de lo contrario negaríamos el desarrollo.
Claro, yo misma me respondo, el camino para dar ese vuelco es largo pero no imposible. No hay más que mirar y saber qué fuimos y qué éramos a lo largo de historia y que somos ahora para tener mayor claridad y en tal sentido la Federación de Mujeres Cubanas ha tenido un decisivo rol y más con sus Casas de Orientación a la Mujer y a la Familia.
La violencia contra la mujer, un fenómeno que persiste en todos los países del mundo, solo puede eliminarse mediante la voluntad política y las actuaciones judiciales y civiles en los diversos sectores de la sociedad.
En Cuba, aún cuando no fue hasta la década de los 90 del pasado siglo en que empiezan a cobrar auge los estudios sobre violencia, el interés por la investigación de este fenómeno es marcado y creciente, lo cual ha permitido conocer y profundizar en las particularidades de este tema, aseguró Magela Romero, profesora de la Universidad de la Habana, según un artículo publicado en Cuba Si.
Evidentemente la lucha por la igualdad de derechos y oportunidades no es tarea fácil, es de tiempo y precisa mucha voluntad pero hay que vencerla para que las niñas no tengan que ir a la escuela con velos, para que las mujeres compartan una cerveza, para que tengan oportunidad de trabajar en lugares decentes..
La lucha comienza en nosotras, la llevamos nosotras y depende de nosotras vencer como de nosotras dependen nuestro modelo de independencia.
Cada 25 de noviembre se celebra el Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer, aprobado desde 1999 por la Asamblea General de las Naciones Unidas, pero lo importante es hacer de esta jornada un periodo permanente.
Asimismo encontré que “Hamás obliga a las niñas a ir a la escuela cubiertas con el velo”… “Pospuestos hasta después de Ramadán los azotes a una modelo malaisia por beber cerveza”. Estas últimas noticias las leí hace un tiempo en la versión digital del diario El País.
Con todo el respeto que me merecen esas culturas, que en este siglo todavía se vejen a las mujeres de semejante manera me parece un hecho insólito e inconcebible especialmente cuando las cubanas desde el mismo triunfo de enero de 1959 nos preocupamos más por el lugar que ocupamos en nuestro proyecto social.
Diría que lo que es igual, mientras la mujer cubana trata de incrementar su presencia en la ciencia, cuando es grande la representación en otras tierras del mundo para contribuir a salvar vidas duele mucho, por lo menos a mí, saber que hay personas como Kartika Seri Dewi Sukarno, que además de ser humillada por el hecho de consumir una cerveza, pidiera que además fuera castigada en público y solicitó que fuera rápido para reunirse con su familia.
Por más que releo esas noticias me parece imposible, y más que inadmisible, me lacera el alma que no marchemos todas al unísono en el camino por lograr una verdadera cultura de equidad.
Entonces me pregunto cómo sería el mundo si fuera así, porque algún día tiene que ser, de lo contrario negaríamos el desarrollo.
Claro, yo misma me respondo, el camino para dar ese vuelco es largo pero no imposible. No hay más que mirar y saber qué fuimos y qué éramos a lo largo de historia y que somos ahora para tener mayor claridad y en tal sentido la Federación de Mujeres Cubanas ha tenido un decisivo rol y más con sus Casas de Orientación a la Mujer y a la Familia.
La violencia contra la mujer, un fenómeno que persiste en todos los países del mundo, solo puede eliminarse mediante la voluntad política y las actuaciones judiciales y civiles en los diversos sectores de la sociedad.
En Cuba, aún cuando no fue hasta la década de los 90 del pasado siglo en que empiezan a cobrar auge los estudios sobre violencia, el interés por la investigación de este fenómeno es marcado y creciente, lo cual ha permitido conocer y profundizar en las particularidades de este tema, aseguró Magela Romero, profesora de la Universidad de la Habana, según un artículo publicado en Cuba Si.
Evidentemente la lucha por la igualdad de derechos y oportunidades no es tarea fácil, es de tiempo y precisa mucha voluntad pero hay que vencerla para que las niñas no tengan que ir a la escuela con velos, para que las mujeres compartan una cerveza, para que tengan oportunidad de trabajar en lugares decentes..
La lucha comienza en nosotras, la llevamos nosotras y depende de nosotras vencer como de nosotras dependen nuestro modelo de independencia.
Cada 25 de noviembre se celebra el Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer, aprobado desde 1999 por la Asamblea General de las Naciones Unidas, pero lo importante es hacer de esta jornada un periodo permanente.
