Por Armando Fernández Martí
Santiago de Cuba, 5 may.— La reunión que el 5 de mayo de 1895, hace 122 años, sostuvieran José Martí, Máximo Gómez y Antonio Maceo en el ingenio La Mejorana, cerca de San Luis, en la otrora provincia de Oriente, ha sido considerada como una de las páginas más enigmáticas de nuestra historia y muchos la califican como una jornada donde se mostraron grandes discrepancias entre los tres jefes revolucionarios, que pudo poner en peligro el desarrollo y consolidación de la contienda.
Santiago de Cuba, 5 may.— La reunión que el 5 de mayo de 1895, hace 122 años, sostuvieran José Martí, Máximo Gómez y Antonio Maceo en el ingenio La Mejorana, cerca de San Luis, en la otrora provincia de Oriente, ha sido considerada como una de las páginas más enigmáticas de nuestra historia y muchos la califican como una jornada donde se mostraron grandes discrepancias entre los tres jefes revolucionarios, que pudo poner en peligro el desarrollo y consolidación de la contienda.
Sin embargo, cierto es que hubo
discrepancias entre ellos, pero no tan graves como para no ser resueltas
por el bien de la revolución, que tantos esfuerzos y sacrificios había
costado ponerla en marcha a partir del 24 de febrero de 1895. La
historia demostraría después que la reunión de La Mejorana no fue tan
fatal como algunos pensaron.
¿Qué pasó en esa reunión? Lo que se ha dicho son solo hipótesis, porque de este encuentro entre los tres jefes revolucionarios no quedó documentación alguna, ni nadie pudo ser testigo porque el diálogo se realizó a puertas cerradas, aunque los que merodeaban por el lugar percibieron que el clima era bastante tenso.
Lo que sí se sabe es que el centro de la discusión fue la forma de dirección que debía adoptar la revolución. Maceo era partidario de sobredimensionar el papel del Ejército Libertador, constituir una junta de jefes que también se ocupase de la actividad legislativa, proporcionando al mando militar la libertad operativa necesaria para conducir la guerra a un final exitoso.
Martí por su parte, con el apoyo de Gómez, consideraba no solo necesario ganar la guerra sino crear a la par las bases de la futura República, confiriéndole especial importancia al establecimiento de una estructura republicana, en ese sentido decía: “El ejército libre, el país como país, con toda su dignidad representada”, lo cual indicaba el establecimiento de un gobierno civil.
La conversación sobre este tema parece ser no condujo a ningún acuerdo. Otros asuntos que se supone trataron fue el impulso de la invasión de Oriente a Occidente y el traslado de Martí y Gómez a Camagüey, aunque lamentablemente esto no sucedió porque días después, el 19 de mayo de 1895, Martí caía en Dos Ríos.
Tiempo después el General Antonio reconocería con sencillez y nobleza que entre él y José Martí no existieron resentimientos después de la reunión de La Mejorana y así lo escribe al General Bartolomé Maso: “Si bien es verdad que a la llegada del General Gómez y Martí, era un lujo permitirse la formación de un gobierno, también lo es que lo crea hoy de imperiosa necesidad”.
De esa forma Maceo puso de manifiesto la unidad necesaria entre los revolucionarios, la misma que nos enseñaron Martí y Fidel y que hoy hacen fuerte a nuestro pueblo como se acaba de demostrar el pasado Primero de Mayo.
¿Qué pasó en esa reunión? Lo que se ha dicho son solo hipótesis, porque de este encuentro entre los tres jefes revolucionarios no quedó documentación alguna, ni nadie pudo ser testigo porque el diálogo se realizó a puertas cerradas, aunque los que merodeaban por el lugar percibieron que el clima era bastante tenso.
Lo que sí se sabe es que el centro de la discusión fue la forma de dirección que debía adoptar la revolución. Maceo era partidario de sobredimensionar el papel del Ejército Libertador, constituir una junta de jefes que también se ocupase de la actividad legislativa, proporcionando al mando militar la libertad operativa necesaria para conducir la guerra a un final exitoso.
Martí por su parte, con el apoyo de Gómez, consideraba no solo necesario ganar la guerra sino crear a la par las bases de la futura República, confiriéndole especial importancia al establecimiento de una estructura republicana, en ese sentido decía: “El ejército libre, el país como país, con toda su dignidad representada”, lo cual indicaba el establecimiento de un gobierno civil.
La conversación sobre este tema parece ser no condujo a ningún acuerdo. Otros asuntos que se supone trataron fue el impulso de la invasión de Oriente a Occidente y el traslado de Martí y Gómez a Camagüey, aunque lamentablemente esto no sucedió porque días después, el 19 de mayo de 1895, Martí caía en Dos Ríos.
Tiempo después el General Antonio reconocería con sencillez y nobleza que entre él y José Martí no existieron resentimientos después de la reunión de La Mejorana y así lo escribe al General Bartolomé Maso: “Si bien es verdad que a la llegada del General Gómez y Martí, era un lujo permitirse la formación de un gobierno, también lo es que lo crea hoy de imperiosa necesidad”.
De esa forma Maceo puso de manifiesto la unidad necesaria entre los revolucionarios, la misma que nos enseñaron Martí y Fidel y que hoy hacen fuerte a nuestro pueblo como se acaba de demostrar el pasado Primero de Mayo.