Palma Soriano, Santiago de Cuba, 5 may.— Cuando vamos a un centro asistencial especialmente con nuestros hijos ansiamos ser atendidos por médicos de experiencia, sin duda nos inspiran más confianza, sin embargo en el Hospital General Juan B. Viña existe una combinación muy bien equilibrada entre los que llevan años ejerciendo la profesión y los más nuevos.
La mayoría de los que se atienden en
este hospital son pacientes pediátricos y este colectivo ha logrado
mantener cero fallecidos en lo que va de año.
El doctor Michel Revorido Estrada lleva dos años como pediatra y es el jefe de servicio de Miscelánea, una sala que permanece llena y el trabajo es constante. Nos comenta que “en este hospital somos un colectivo joven que nos preocupamos por estudiar, cuando llega un caso preocupante al hospital lo vemos todos, consultamos, somos osados en hacer procederes, tenemos el apoyo de los galenos de mayor experiencia por eso hemos logrado mantener los indicadores de calidad del hospital.
En la sala de terapia intensiva se salvan vidas a diario y doctores como Bensant, Ana del Pilar, Sisley o Wilfredo, han ganado un prestigio por su profesionalidad, pero esa buena escuela ya tiene sus frutos y están Danieska, Yurisel, Arletis, Iliuvis e Ilena demostrando que su juventud es sinónimo de eficacia.
Arisleidis Cabrales Furé, madre de la niña Alisbé Mustelier de un año de edad y que está ingresada hace 17 días en este servicio se siente satisfecha del trato recibido y enfatiza que aunque son jóvenes las doctoras que han atendido a su niña esta mejora paulatinamente y es notable el cambio.
La joven especialista Ileana Santana Valcarcel es diplomada en terapia intensiva y ya se gana la consideración de su colectivo por la efectividad en sus diagnósticos, su inteligencia y la dedicación a la carrera que escogió por vocación.
“Realmente en el centro ha logrado una buena interacción entre los más experimentados y los jóvenes, por eso los indicadores de calidad se cumplen, hay satisfacción de la población, las enfermeras son dinámicas, capaces, resuelven los problemas de los pacientes con efectividad”, nos explica la licenciada Mayuli Cid Martínez, Subdirectora del hospital General Juan B. Viña.
En este hospital el promedio de edad del personal asistencial es de 40 años y es una fortaleza que tiene para mantener la calidad en los servicios que ofrecen.
El doctor Michel Revorido Estrada lleva dos años como pediatra y es el jefe de servicio de Miscelánea, una sala que permanece llena y el trabajo es constante. Nos comenta que “en este hospital somos un colectivo joven que nos preocupamos por estudiar, cuando llega un caso preocupante al hospital lo vemos todos, consultamos, somos osados en hacer procederes, tenemos el apoyo de los galenos de mayor experiencia por eso hemos logrado mantener los indicadores de calidad del hospital.
En la sala de terapia intensiva se salvan vidas a diario y doctores como Bensant, Ana del Pilar, Sisley o Wilfredo, han ganado un prestigio por su profesionalidad, pero esa buena escuela ya tiene sus frutos y están Danieska, Yurisel, Arletis, Iliuvis e Ilena demostrando que su juventud es sinónimo de eficacia.
Arisleidis Cabrales Furé, madre de la niña Alisbé Mustelier de un año de edad y que está ingresada hace 17 días en este servicio se siente satisfecha del trato recibido y enfatiza que aunque son jóvenes las doctoras que han atendido a su niña esta mejora paulatinamente y es notable el cambio.
La joven especialista Ileana Santana Valcarcel es diplomada en terapia intensiva y ya se gana la consideración de su colectivo por la efectividad en sus diagnósticos, su inteligencia y la dedicación a la carrera que escogió por vocación.
“Realmente en el centro ha logrado una buena interacción entre los más experimentados y los jóvenes, por eso los indicadores de calidad se cumplen, hay satisfacción de la población, las enfermeras son dinámicas, capaces, resuelven los problemas de los pacientes con efectividad”, nos explica la licenciada Mayuli Cid Martínez, Subdirectora del hospital General Juan B. Viña.
En este hospital el promedio de edad del personal asistencial es de 40 años y es una fortaleza que tiene para mantener la calidad en los servicios que ofrecen.
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