
Por Armando Fernández Martí
Santiago
de Cuba, 17 may.— El 17 de mayo es una fecha símbolo en la historia de
Cuba por varias razones poderosas. Ese día de 1946 fue asesinado el
líder agrario Niceto Pérez García por matones al servicio de un
terrateniente de Guantánamo, que quería arrebatarle las tierras del
realengo que el campesino poseía, para ampliar su latifundio. El
gobierno de turno de entonces nada hizo por castigar a los criminales.
Dos años después, en 1949,
organizaciones agrarias con el apoyo de la FEU y otras instituciones
escogieron la fecha del 17 de mayo para conmemorar el Día del Campesino
en homenaje a Niceto Pérez, deviniendo la jornada a partir de entonces
como símbolo de la lucha campesina por la tierra y contra la injusticia
en las zonas rurales, aunque sin contar para ello con respaldo alguno de
los gobiernos de la República.
No fue hasta 1959 en que la
dolorosa fecha del 17 de Mayo adquiría un verdadero carácter de
celebración para el campesinado cubano pues ese día, en La Plata, Sierra
Maestra, el Comandante en Jefe Fidel Castro Ruz firmaba la Primera Ley
de Reforma Agraria que proscribía el latifundio en Cuba y entregaba la
tierra a quienes la trabajaban.
De esa forma, se expropiaban a
los latifundistas nacionales y a las empresas extranjeras,
fundamentalmente norteamericana, cientos de miles de caballerías de
tierra que sumaban el 75 por ciento de todas las existentes en el país y
por demás, las mejores cultivables. El límite de tierra a poseer
entonces fue de 30 caballerías.
Ese mismo 17 de mayo de 1959 en
La Plata, cientos de campesinos en representación de los que existían en
Cuba recibieron el título de propiedad de la tierra que trabajaban
hasta un máximo de cinco caballerías, sin miedo a que nadie se las
arrebatara, los desalojara o los asesinara como a Niceto Pérez.
La
Ley de Reforma Agraria fue la primera dictada por la Revolución a sólo
cinco meses de su triunfo y además, se convertía de hecho en la primera
promesa cumplida del Programa del Moncada, beneficiando a un sector que
hasta ese momento había sido el más olvidado y maltratado del país desde
los tiempos del colonialismo español.
La necesidad de encausar y
guiar el futuro prometedor que tenía por delante el campesinado cubano
con la Ley de Reforma Agraria, trajo como resultado que otro 17 de mayo,
pero de 1961, se creara la Asociación de Agricultores Pequeños, la
ANAP, convertida hoy en la más firme aliada de la Revolución para
acometer los grandes planes alimentarios que demanda la nación, en los
tiempos en que el mundo se enfrenta a graves crisis económicas y
sociales de todo tipo y millones de personas padecen de hambre.
En
este Día del Campesino, 68 años después del asesinato del líder agrario
Niceto Pérez, recordemos lo dicho por el Comandante en Jefe Fidel
Castro el 17 de mayo de 1961 al constituirse la ANAP: “La Reforma
Agraria reparó definitivamente todos los abusos e injusticias padecidas
por el campesinado cubano y esta fecha, triste y dolorosa, tuvo un día
cumplida recompensa”