Santiago de Cuba, 10 jul.— El ñame blanco o de “Guinea”, como también se le conoce, es un tubérculo de sabor noble que enriquece la cocina cubana. En Santiago de Cuba una estrategia agrícola usando la tecnología empalada potencia la cosecha de esta especie propiciando su siembra a gran escala en la provincia.
Son las siete y treinta de la noche y Raúl Pérez Bolaño y René Rosabal están lejos de llegar aún a su hogar al término de la jornada de trabajo. Cada tarde recorren unos 25 kilómetros desde a ciudad de Contramaestre hasta la zona agrícola de los Bungos para supervisar los cultivos de ñame blanco, vianda que consumirán miles de santiagueros en las fiestas navideñas.
“Este año vamos a alcanzar con 30 hectáreas, alrededor de 600 toneladas. Eso es el triple de la producción que hicimos el año pasado. De esta forma vamos a poder vender semillas a otras empresas y otros municipios de Santiago”, asegura Raúl Pérez Bolaño, quien es el Jefe de la Unidad Básica Empresarial Pecuaria de la Empresa Agroindustrial América Libre.
Son estos hombres fieles veladores de una tecnología que ya no puede llamarse novedosa en Santiago. Es precisamente la Agroindustrial América Libre en donde laboran, un fiel exponente de la siembra de este tubérculo. Otra entidad como la procesadora de Café Rolando Ayub ha llevado el concepto un poco más allá desarrollando la guía aérea del ñame entre las plantaciones de café y en fincas forestales haciendo uso de los troncos de los árboles.
“Ya habíamos hecho experimentos anteriores sembrando algunos niveles en las 9 hectáreas de especies forestales de la empresa y también en los campos de café que tenemos hemos aprovechado los árboles sombreadores del cultivo del café para enroscar las guías de ñame”, dice Wilmer Guevara Frómeta, Director de la Empresa Procesadora de Café Rolando Ayub.
Utilizando la tecnología de empalado en Santiago de Cuba se ha expandido la siembra de ñame en mil hectáreas. Otras ochocientas suman las áreas sembradas de modo tradicional pero es el método empalado el que va marcando una diferencia con los estimados de recogida para este año, pactados en 10 MIL toneladas en toda la provincia. Para los más entusiastas el método tiene grandes ventajas.
“Es aprovechar eficientemente el espacio. En menos cantidad de tierras podemos obtener mayor cantidad de productos”, dice Guevara Frómeta.
Otras especies como la calabaza y el pepino también han comenzado a despuntar su guía hacia las alturas en aras de obtener mayores rendimientos. En tanto siguen siendo estas filas simétricas de palos cubiertos de hojas las más vistosas en los campos de la región para que al finalizar el año el ñame continúe siendo de las viandas predilectas en la mesa santiaguera.
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