Por PL
Washington, 15 may.— Manuel Mendive, cuya obra está entre los grandes atractivos del festival dedicado hoy a Cuba en Estados Unidos, entabló un diálogo más directo con el público durante un performance que combinó pintura, danza y música.
El relevante creador de la nación antillana se ganó desde el pasado 8 de mayo la admiración de los visitantes al Centro John F. Kennedy para las Artes Escénicas con su instalación La Naturaleza, El Espíritu y El Hombre.
Las esculturas incluidas en esa obra, reflejo de la íntima relación entre el ser humano y su entorno, se encuentran en un lugar privilegiado de la institución cultural norteamericana, el Salón de los Estados, donde pueden ser apreciadas por la mayoría de quienes acuden a los diferentes espacios del lugar.
Pero Mendive, uno de los principales exponentes de las artes visuales de la mayor de las Antillas, tomó anoche la idea central de esas piezas y la trasladó al interior del teatro Eisenhower, donde creó una nueva pintura envuelta en esa misma intención de mirar a las esencias.
Se trata del principio de la vida y cómo se creó esta tierra, expresó el creador a Prensa Latina sobre el hecho de tomar la naturaleza, el espíritu y el hombre como punto de partida tanto para sus esculturas como para el performance de este lunes.
Aquí estamos todos como hermanos y así debemos estar siempre unidos, con amor, respeto y paz, agregó una de las figuras más reverenciadas por el público durante el festival Artes de Cuba: de la isla al mundo, que se celebra en el Centro Kennedy del 8 de mayo al 3 de junio.
Muchos de los interesados en su trabajo subieron al escenario del teatro Eisenhower para contemplar al maestro completar un nuevo cuadro enfocado en esa simbiosis entre naturaleza y espiritualidad, en el que estuvieron presentes los pájaros, los árboles y formas que funden lo humano y lo animal.
Junto a él, en un segundo plano, estuvieron los músicos Yosvany Terry, saxofonista y compositor cubano residente en Nueva York; el percusionista Mauricio Herrera, también radicado en esa urbe; y el pianista clásico Adonis González, quien vive en Atlanta, Georgia.
Melodías compuestas por este último hicieron a los presentes evocar ambientes silvestres y esencias afrocubanas, un mensaje en sintonía con las propias ideas expresadas por el creador de la plástica.
Luego entraron a escena cuatro bailarines con sus cuerpos dibujados por el artista, 'porque siempre subrayo la belleza del cuerpo', indicó Mendive a este medio.
En sus manos trajeron lienzos llenos también de los símbolos tan genialmente manejados por el pintor, todos sobre un intenso fondo verde; y fueron ellos los encargados de repartir hojas de árbol adornadas por Mendive y marcadas con su firma.
Los presentes, por su parte, premiaron con la contemplación y el aplauso esa mezcla de expresiones, esa conjunción de diferentes estímulos sensoriales en función de un mismo mensaje.
El performance, manifestó el creador, es otra manera de hacer un discurso; entra de forma lenta, pero es más fuerte, más directo. Muchos de los que pudieron verlo en pleno acto creativo seguramente coinciden con él en ese criterio.
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