Por Israel Hernández Planas
Santiago de Cuba, 20 abr.— La cultura cubana no es privativa de nuestras fronteras nacionales. Puede que esto sea una perogrullada pero no se detienen los ejemplos de ello. Muchos en el exterior aman a Cuba como su segunda tierra y la aman a través de su gente, la cultura y las tradiciones.
Santiago de Cuba, 20 abr.— La cultura cubana no es privativa de nuestras fronteras nacionales. Puede que esto sea una perogrullada pero no se detienen los ejemplos de ello. Muchos en el exterior aman a Cuba como su segunda tierra y la aman a través de su gente, la cultura y las tradiciones.
Hace 16 años Jean Marimoutou llegó hasta
Santiago de Cuba procedente de la Guyana Francesa. En ese entonces
traía el referente de una isla musical cuyos ritmos ejercen gran
influencia en otras partes del mundo. A este productor y músico guyanés
le atrajo desde el primer momento el son de Santiago de Cuba y desde su
isla vino a Cuba para nutrirse de uno de los géneros más tradicionales
de la música cubana.
"Cuba es una isla donde sus habitantes son extremadamente humanos. No imaginaba que venir a Santiago de Cuba cambiaría el curso de mi vida. Es una tierra donde la gente y la música conviven mágicamente en armonía", dice Marimoutou.
Fue entonces que Jean puso en marcha un encomiable proyecto para difundir mucho más por el Caribe la música.
Surgió así Santiago Buenavista Trovadores, una agrupación que cuenta con esos talentos no descubiertos que pululan por las calles, las instalaciones y los campos de esta provincia.
Cantores y músicos como Alcides Limonta, Elio Torres, Eraldo Chacón, Roberto Andux y Nora Mircy entre otros, han comenzado a difundir con éxito probado el son por Guyana Francesa y Trinidad. Aseguran los cantores que es un mercado que se identifica mucho con la cultura cubana. De esta manera ya han realizado varias presentaciones en escenarios caribeños, incluyendo varias televisoras.
Llama la atención el desconocimiento popular de este proyecto que aunque nacido de Santiago de Cuba se enfoca hacia otros países. Sin embargo es esta una muestra de la calidad indiscutible que tienen los músicos santiagueros, muchos de ellos formados al calor de las noches bohemias y de las cantatas campesinas de manera empírica.
Aunque al Santiago Buenavista Trovadores se le ha visto ocasionalmente en el Plaza Dolores o en el Parque Serrano cada uno de sus integrantes alegran individualmente el espacio que han conquistado en estos años. Cuando se juntan es una armonía rica en matices, capaz de encantar a las audiencias y de poner a bailar al más sereno. Es lo que atrapó a Jean Marimoutou de Santiago de Cuba, la riqueza de su gente para hacer música del corazón.
"Cuba es una isla donde sus habitantes son extremadamente humanos. No imaginaba que venir a Santiago de Cuba cambiaría el curso de mi vida. Es una tierra donde la gente y la música conviven mágicamente en armonía", dice Marimoutou.
Fue entonces que Jean puso en marcha un encomiable proyecto para difundir mucho más por el Caribe la música.
Surgió así Santiago Buenavista Trovadores, una agrupación que cuenta con esos talentos no descubiertos que pululan por las calles, las instalaciones y los campos de esta provincia.
Cantores y músicos como Alcides Limonta, Elio Torres, Eraldo Chacón, Roberto Andux y Nora Mircy entre otros, han comenzado a difundir con éxito probado el son por Guyana Francesa y Trinidad. Aseguran los cantores que es un mercado que se identifica mucho con la cultura cubana. De esta manera ya han realizado varias presentaciones en escenarios caribeños, incluyendo varias televisoras.
Llama la atención el desconocimiento popular de este proyecto que aunque nacido de Santiago de Cuba se enfoca hacia otros países. Sin embargo es esta una muestra de la calidad indiscutible que tienen los músicos santiagueros, muchos de ellos formados al calor de las noches bohemias y de las cantatas campesinas de manera empírica.
Aunque al Santiago Buenavista Trovadores se le ha visto ocasionalmente en el Plaza Dolores o en el Parque Serrano cada uno de sus integrantes alegran individualmente el espacio que han conquistado en estos años. Cuando se juntan es una armonía rica en matices, capaz de encantar a las audiencias y de poner a bailar al más sereno. Es lo que atrapó a Jean Marimoutou de Santiago de Cuba, la riqueza de su gente para hacer música del corazón.
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