Por Armando Fernández Martí Santiago de Cuba, 20 abr.— Se cumplen hoy 58 años de aquella tarde del 20 de abril de 1957, cuando fuerzas policiales al mando del sanguinario coronel Esteban Ventura Novo, asaltaron el edificio ubicado en la Calle Humboldt número siete, en La Habana, masacrando a cuatro jóvenes pertenecientes al Directorio Revolucionario y que tras las acciones del 13 de marzo del mismo año, el Asalto a Palacio Presidencial y la toma de Radio Reloj, se habían refugiado en uno de sus apartamentos.
Esos cuatro jóvenes fueron Fructuoso
Rodríguez Pérez, de 23 años de edad; Joe Westbrook Rosales, de 19 años;
José Machado Rodríguez, de 24 años y Juan Padró Carbó Servia, el mayor
de todos con 30 años de vida.
Tras la muerte de José Antonio Echeverría en la acción de la toma de Radio Reloj, Fructuoso se hizo cargo de la presidencia de la Federación Estudiantil Universitaria, y a su vez, del secretariado general del Directorio Revolucionario que era el brazo armado de la FEU, mientras que los restantes tres compañeros eran integrantes de la dirección de ambas organizaciones.
Si bien las acciones del 13 de marzo de 1957 no tuvieron el éxito esperado, tanto la FEU como el Directorio Revolucionario tenían el compromiso de luchar por la libertad y la justicia del pueblo cubano, lo cual había quedado establecido en la carta de Méjico, documento firmado en ese país azteca por José Antonio Echeverría y el Dr. Fidel Castro, líder del movimiento 26 de Julio, poco antes de la expedición del Yate Granma, con el propósito de lograr la unidad de acción para luchar contra el tirano Batista y darle la libertad a la patria.
Tanto Fructuoso Rodríguez como los restantes compañeros se encontraban reunidos en la capital, analizando los acontecimientos del 13 de marzo, ya que una de las operaciones previstas, tomar los edificios altos aledaños al Palacio, no se llevó a cabo producto de una vil traición, siendo ocupadas por las fuerzas de la tiranía una gran cantidad de armas, que se encontraban ubicadas próximas a esos sitios.
De igual forma, Fructuoso se proponía redactar un documento para el pueblo de Cuba a nombre del Directorio Revolucionario donde se exponían estos hechos, así como las medidas a tomar para sancionar a los traidores. Dicho documento además, proclamaba continuar los ataques contra la dictadura, prohibir el asilo como única conducta para honrar a José Antonio Echeverría y contribuir a la guerrilla iniciada por Fidel, con la apertura de un nuevo frente en las montañas del Escambray.
Pero una vil delación condujo al sanguinario coronel Ventura hasta el edificio de Humboldt 7, donde los jóvenes fueron masacrados con saña uniéndose así la lista de mártires del 13 de marzo, en total 31, incluyendo a otros dos que fueron asesinados, posteriormente.
58 años después, el recuerdo de todos está presente en la obra de la Revolución y sobre todo, entre sus estudiantes universitarios.
Tras la muerte de José Antonio Echeverría en la acción de la toma de Radio Reloj, Fructuoso se hizo cargo de la presidencia de la Federación Estudiantil Universitaria, y a su vez, del secretariado general del Directorio Revolucionario que era el brazo armado de la FEU, mientras que los restantes tres compañeros eran integrantes de la dirección de ambas organizaciones.
Si bien las acciones del 13 de marzo de 1957 no tuvieron el éxito esperado, tanto la FEU como el Directorio Revolucionario tenían el compromiso de luchar por la libertad y la justicia del pueblo cubano, lo cual había quedado establecido en la carta de Méjico, documento firmado en ese país azteca por José Antonio Echeverría y el Dr. Fidel Castro, líder del movimiento 26 de Julio, poco antes de la expedición del Yate Granma, con el propósito de lograr la unidad de acción para luchar contra el tirano Batista y darle la libertad a la patria.
Tanto Fructuoso Rodríguez como los restantes compañeros se encontraban reunidos en la capital, analizando los acontecimientos del 13 de marzo, ya que una de las operaciones previstas, tomar los edificios altos aledaños al Palacio, no se llevó a cabo producto de una vil traición, siendo ocupadas por las fuerzas de la tiranía una gran cantidad de armas, que se encontraban ubicadas próximas a esos sitios.
De igual forma, Fructuoso se proponía redactar un documento para el pueblo de Cuba a nombre del Directorio Revolucionario donde se exponían estos hechos, así como las medidas a tomar para sancionar a los traidores. Dicho documento además, proclamaba continuar los ataques contra la dictadura, prohibir el asilo como única conducta para honrar a José Antonio Echeverría y contribuir a la guerrilla iniciada por Fidel, con la apertura de un nuevo frente en las montañas del Escambray.
Pero una vil delación condujo al sanguinario coronel Ventura hasta el edificio de Humboldt 7, donde los jóvenes fueron masacrados con saña uniéndose así la lista de mártires del 13 de marzo, en total 31, incluyendo a otros dos que fueron asesinados, posteriormente.
58 años después, el recuerdo de todos está presente en la obra de la Revolución y sobre todo, entre sus estudiantes universitarios.
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