Por Armando Fernández Martí
Santiago de Cuba, 20 feb.— Tras cumplir una sentencia de siete meses de prisión en el reclusorio nacional para mujeres de Guanajay, en Pinar del Río, un día como hoy 20 de febrero, pero de 1954 fueron puestas en libertad Haydée Santamaría Cuadrado y Melba Hernández Rodríguez del Rey, las dos únicas féminas participantes en el asalto al cuartel Moncada.
En la memorable madrugada del 26 de julio de 1953, Abel Santamaría le dijo a su hermana Haydée y a Melba, que la mujer revolucionaria debía ser exigente con ella misma, mantener la moral más alta que nunca, pues “ustedes son las primeras y por el ejemplo de ustedes las demás mujeres van a sumarse o no a la lucha”.
Y eso fueron Haydée y Melba, ejemplo de valentía y coraje al participar en el asalto al Moncada, y ejemplo de estoicismo y capacidad de sacrificio después cuando tuvieron que soportar la pérdida una de su hermano, y la otra del novio, asesinados por esbirros batistianos tras el fracaso de la acción.
No fueron nada fácil para ellas los meses de presidio ante y después del juicio, pero nunca perdieron la esperanza y el optimismo de que lo ocurrido el 26 de julio no era el final de la lucha y esperaban ansiosas el cumplimiento de la condena para reiniciarla.
Por eso, al salir nuevamente a la calle aquel 20 de febrero de 1954 su primera misión fue divulgar clandestinamente el Mensaje a Cuba que Sufre, manifiesto donde Fidel explica al pueblo cómo fueron brutalmente asesinados sus hermanos. Sin embargo, su misión más trascendental sería editar y distribuir la Historia Me Absolverá, que el líder de la Revolución reconstruyó en la prisión de Isla de Pinos e hizo sacar de la cárcel hoja a hoja.
Las dos muchachas no cejaron ni un instante en el combate revolucionario, Haydée dirigiendo la lucha clandestina junto a Frank País en Santiago de Cuba, y Melba en Méjico participando junto a Fidel en los preparativos de la expedición del Granma. Después, ambas volvieron a reunirse en la Sierra Maestra como guerrilleras.
El triunfo de la Revolución trajo para ellas nuevas tareas que cumplieron con honor y el mismo entusiasmo con el que un día se fueron a Santiago de Cuba para las acciones del Moncada.
Ni la muerte pudo separar a estas dos heroínas, incansables luchadoras revolucionarias y ejemplo para todas las generaciones de mujeres cubanas. Haydée Santamaría Cuadrado falleció el 28 de julio de 1980 y Melba Hernández Rodríguez del Rey el 9 de marzo de 2014, ambas descansan hoy junto a sus demás compañeros en el Mausoleo a los Mártires del 26 de Julio, en el cementerio Santa Ifigenia de Santiago de Cuba.
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