Por Israel Hernández Planas
Santiago de Cuba, 17 oct.— Majestuoso en plena vida citadina de Santiago de Cuba se levanta un emblemático edificio. Considerado por muchos una de las edificaciones más hermosas de esta ciudad. Los jardines de la otrora Clínica Los Ángeles fueron por años, idílico recinto asociado a la belleza y la juventud. Sin embargo su función estética dentro de la arquitectura palidece ante su objeto social. Aquí nace la vida.
Es en este sitio donde decenas de miles de personas a lo largo de muchos años han derramado lágrimas de alegría, como mismo muchas mujeres han sentido el dolor necesario que acompaña previamente la felicidad infinita de traer un hijo al mundo. Sus salas, pasillos, patios y salones han sido objeto de prisas como de pesarosa paciencia, pero en cada instante ha estado el desempeño abnegado de un personal que hace del mejor momento del mundo algo realmente bello e inolvidable. Hoy aunqueleva por nombre oficial Hospital Materno Sur Mariana Grajales Coello, el pueblo le sigue conociendo con su nombre fundacional.
Pero no siempre esta instalación se dedicó sólo a la maternidad. Corría el año 1926 cuando el Diario de Cuba con fecha 18 de octubre publicaba un pomposo titular de Primera Plana. Con el título: "Fue inaugurado brillantemente el magnífico sanatorio Los Ángeles", un extenso reportaje detallaba las bondades de una instalación puntera de salud en aquellos tiempos. Al más puro estilo de crónica social se enunciaban los servicios de buró de información y de cocina, además se explicaba sobre la arquitectura o la carpintería de aluminio de la Sala Finlay, destinada a palúdicos y tíficos. Según la prensa era todo un logro tener este tipo de instalación con 4 salones de operación, camas para 200 enfermos y la capacidad de duplicar la cifra en casos extremos de brotes y epidemias.
Bien poco se argumentaba sobre tratamientos médicos o sobre la calidad del personal, cualidades primordiales de cualquier establecimiento de salud. Paradójicamente el nombre de Los Ángeles enunciaba proféticamente, sin saberlo aún, el objeto social futuro que de forma exclusiva tendría esta instalación. Aquí vendrían a la vida miles de diminutas personitas inocentes.
Ya con la Revolución la Clínica pasó a ser el Hospital Materno Sur Mariana Grajales Coello, institución emblemática para la salud de los habitantes de esta región del país.
Hoy no se miran las fastuosidades de este edificio porque su mayor bondad no son la vistosa fachada, ni los cuidados jardines. Ahora sólo se repara en la excelente labor de los profesionales y personal de servicio de este hospital donde miles de mujeres de toda la geografía santiaguera reciben asistencia médica antes, durante y después de su parto.
Estructurado en 25 departamentos, el Materno Sur cubre todas las actividades necesarias para la prestación de servicios de salud y cuidado a las gestantes y los recién nacidos. Un total de 685 trabajadores entre médicos, enfermeras, técnicos, personal de servicio, obreros y administrativos, procuran el mejor funcionamiento de este hospital que ya suma 88 años.
Por eso cuando este día el hospital materno Sur llega a un aniversario más de existencia, generaciones enteras de santiagueros han visto la luz en sus salones y no bastan largas décadas para ser suficiente. Aquí han pasado largos años su personal ayudando a otros a iniciar este largo camino que es la vida.
No hay comentarios:
Publicar un comentario