Santiago de Cuba, 4 dic.— El 4 de diciembre de 1896, apenas tres días antes de su muerte en combate, el Lugarteniente General del Ejército Libertador, Antonio Maceo Grajales, protagonizó una de sus más notables hazañas durante la campaña de Occidente, al cruzar la fortificada trocha de Mariel a Majana, considerada por los españoles como inexpugnable.
Esa trocha, construida en uno de los
territorios más estrechos de la isla, tenía una extensión de 30
kilómetros de largo con decenas de torreones, que se encontraban
fuertemente custodiados por cientos de soldados colonialistas bien
armados.
El General en Jefe Máximo Gómez Báez había pedido al Titán de Bronce que se trasladara hasta el territorio de Las Villas, con el objetivo de intercambiar criterios acerca de algunas desavenencias que el Generalísimo enfrentaba con el Consejo de Gobierno.
Maceo decidió acudir a ese llamado de Gómez a pesar de encontrarse en Pinar del Río donde los españoles mantenían una alta concentración de tropas, precisamente por la presencia del Titán de Bronce en esa provincia, la más occidental de la isla.
La trocha de Mariel a Majana sería el principal escollo a salvar por el General Antonio, lo que hizo la noche del 4 de diciembre de MIL 896, cruzando en un pequeño bote la bahía de Mariel por la boca del puerto bajo un torrencial aguacero y un fuerte oleaje, que impedía que el cruce se hiciera por un lugar menos peligroso.
Maceo era acompañado por un pequeño grupo de sus hombres por lo que la embarcación tuvo que realizar varios viajes, siendo el Titán de Bronce y otros tres compañeros los primeros en atravesar la bahía.
La entrevista entre el Generalísimo Máximo Gómez y el Lugarteniente Antonio Maceo Grajales no pudo efectuarse por la caída en combate del Titán de bronce el 7 de diciembre de MIL 896, pero el cruce la trocha de Mariel a Majana quedó escrita como una de sus más significativas hazañas.
El General en Jefe Máximo Gómez Báez había pedido al Titán de Bronce que se trasladara hasta el territorio de Las Villas, con el objetivo de intercambiar criterios acerca de algunas desavenencias que el Generalísimo enfrentaba con el Consejo de Gobierno.
Maceo decidió acudir a ese llamado de Gómez a pesar de encontrarse en Pinar del Río donde los españoles mantenían una alta concentración de tropas, precisamente por la presencia del Titán de Bronce en esa provincia, la más occidental de la isla.
La trocha de Mariel a Majana sería el principal escollo a salvar por el General Antonio, lo que hizo la noche del 4 de diciembre de MIL 896, cruzando en un pequeño bote la bahía de Mariel por la boca del puerto bajo un torrencial aguacero y un fuerte oleaje, que impedía que el cruce se hiciera por un lugar menos peligroso.
Maceo era acompañado por un pequeño grupo de sus hombres por lo que la embarcación tuvo que realizar varios viajes, siendo el Titán de Bronce y otros tres compañeros los primeros en atravesar la bahía.
La entrevista entre el Generalísimo Máximo Gómez y el Lugarteniente Antonio Maceo Grajales no pudo efectuarse por la caída en combate del Titán de bronce el 7 de diciembre de MIL 896, pero el cruce la trocha de Mariel a Majana quedó escrita como una de sus más significativas hazañas.
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