Santiago de Cuba, 21 sep.— El 21 de septiembre de 1953 en el Salón Plenario del Palacio de Justicia de Santiago de Cuba, comenzaba el juicio por la Causa 37 contra los jóvenes asaltantes a los cuarteles Moncada y Carlos Manuel de Céspedes, el 26 de julio de ese año y otros acusados a los que involucraron en esos hechos y que nada tuvieron que ver con ellos.
En esa jornada se inició otro combate de
los moncadistas que al ser llamados a declarar, uno a uno reconocieron
valientemente su participación en los asaltos y denunciaron las torturas
y crímenes cometidos por esbirros del régimen contra 60 de sus
compañeros después de ser hechos prisioneros.
Dado el carácter de denuncia que adquirió aquel proceso a partir del 25 de septiembre se impidió la presencia del Doctor Fidel Castro en el juicio alegando las autoridades que se encontraba enfermo, lo cual fue negado por el líder revolucionario en carta que remitió al tribunal denunciando que era una falsa de los militares que, incluso, tenían intenciones de matarlo.
En lo que respecta al líder revolucionario Fidel Castro, no comparecería nuevamente hasta el 16 de octubre de 1953 en la salita de enfermeras del Hospital Provincial Saturnino Lora, donde pronunció su alegato de autodefensa “La Historia me Absolverá”, con la sola presencia en la sala de militares, unos pocos periodistas y alguna que otra personalidades, a pesar de que este proceso por la Causa 37 había sido calificado como el juicio más trascendental en la historia de la justicia cubana.
El 6 de octubre de 1953 se efectuó la vista de sentencia de la Causa 37, siendo condenados 29 combatientes a penas entre 10 y 13 años de privación de libertad y a siete meses las dos mujeres enjuiciadas. Los restantes acusados fueron puestos en libertad. El 13 de octubre los sancionados fueron trasladados a la capital del país en dos aviones militares y de ahí al Presidio Modelo de Isla de Pinos, y las dos mujeres al reclusorio de Guanajay en Pinar del Río.
Dado el carácter de denuncia que adquirió aquel proceso a partir del 25 de septiembre se impidió la presencia del Doctor Fidel Castro en el juicio alegando las autoridades que se encontraba enfermo, lo cual fue negado por el líder revolucionario en carta que remitió al tribunal denunciando que era una falsa de los militares que, incluso, tenían intenciones de matarlo.
En lo que respecta al líder revolucionario Fidel Castro, no comparecería nuevamente hasta el 16 de octubre de 1953 en la salita de enfermeras del Hospital Provincial Saturnino Lora, donde pronunció su alegato de autodefensa “La Historia me Absolverá”, con la sola presencia en la sala de militares, unos pocos periodistas y alguna que otra personalidades, a pesar de que este proceso por la Causa 37 había sido calificado como el juicio más trascendental en la historia de la justicia cubana.
El 6 de octubre de 1953 se efectuó la vista de sentencia de la Causa 37, siendo condenados 29 combatientes a penas entre 10 y 13 años de privación de libertad y a siete meses las dos mujeres enjuiciadas. Los restantes acusados fueron puestos en libertad. El 13 de octubre los sancionados fueron trasladados a la capital del país en dos aviones militares y de ahí al Presidio Modelo de Isla de Pinos, y las dos mujeres al reclusorio de Guanajay en Pinar del Río.
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