Por Israel Hernández Planas
Santiago de Cuba, 17 mar.— La necesidad de enfrentar mejor la sociedad contemporánea es un hecho. No basta con desarrollar la economía si no que no debemos descuidar el comportamiento social y a ello contribuye mucho el estudio en las nuevas generaciones.
Santiago de Cuba, 17 mar.— La necesidad de enfrentar mejor la sociedad contemporánea es un hecho. No basta con desarrollar la economía si no que no debemos descuidar el comportamiento social y a ello contribuye mucho el estudio en las nuevas generaciones.
No está claro cuánto incide la
preparación profesional de una persona en su comportamiento social.
Aunque no es una situación medible si está demostrado que con la
utilidad la persona es un ser social positivo.
El estudio es un proceso social donde el ser humano adquiere conocimientos sobre determinadas cuestiones y contribuye a su integralidad dado su valor no divisible. Sobre la importancia del mismo en la sociedad y su impacto en la vida de los jóvenes santiagueros se ha tratado mucho por diversos canales, docentes sobre todo.
Libros, calificaciones, seminarios y turnos de clases son palabras que de forma intrínseca acompañan al estudiante en su vida cotidiana. Pero otras que no se mencionan con frecuencia, como valores, futuro y preparación son elementos resultantes de la adquisición de conocimientos, un proceso importante para el ser humano.
El estudio va mucho más allá de la transmisión y recepción de conocimientos. Toda persona que obtenga la virtud mediante la preparación docente tiene grandes posibilidades de ganar en educación, en ética y comprensión de los fenómenos que nos rodean. Tendrá en fin, la gran oportunidad de convertirse en un mejor ser social.
De ahí que la voluntad estatal siempre ha sido proteger la educación como valor inalterable de nuestra sociedad. Es un asunto que se modifica constantemente en todos los ámbitos en aras de hacerla más asequible cada vez más.
La educación en Cuba no se circunscribe a los niveles tradicionales de aprendizaje que van desde las primeras edades hasta la universidad. Los cursos “extra oficiales” por llamarles de algún modo, inciden con peso en la preparación de toda aquella persona que así lo desee. Desde clases de computación e idioma hasta especializaciones en materias necesarias como la gastronomía o la costura se diversifican cada día más en los nuevos escenarios que vive el país.
Se acrecientan entonces las oportunidades de ganar en conocimiento y servirle desde la utilidad a la sociedad y a nosotros mismos. Sea el estudio la vía más expedita para ello.
El estudio es un proceso social donde el ser humano adquiere conocimientos sobre determinadas cuestiones y contribuye a su integralidad dado su valor no divisible. Sobre la importancia del mismo en la sociedad y su impacto en la vida de los jóvenes santiagueros se ha tratado mucho por diversos canales, docentes sobre todo.
Libros, calificaciones, seminarios y turnos de clases son palabras que de forma intrínseca acompañan al estudiante en su vida cotidiana. Pero otras que no se mencionan con frecuencia, como valores, futuro y preparación son elementos resultantes de la adquisición de conocimientos, un proceso importante para el ser humano.
El estudio va mucho más allá de la transmisión y recepción de conocimientos. Toda persona que obtenga la virtud mediante la preparación docente tiene grandes posibilidades de ganar en educación, en ética y comprensión de los fenómenos que nos rodean. Tendrá en fin, la gran oportunidad de convertirse en un mejor ser social.
De ahí que la voluntad estatal siempre ha sido proteger la educación como valor inalterable de nuestra sociedad. Es un asunto que se modifica constantemente en todos los ámbitos en aras de hacerla más asequible cada vez más.
La educación en Cuba no se circunscribe a los niveles tradicionales de aprendizaje que van desde las primeras edades hasta la universidad. Los cursos “extra oficiales” por llamarles de algún modo, inciden con peso en la preparación de toda aquella persona que así lo desee. Desde clases de computación e idioma hasta especializaciones en materias necesarias como la gastronomía o la costura se diversifican cada día más en los nuevos escenarios que vive el país.
Se acrecientan entonces las oportunidades de ganar en conocimiento y servirle desde la utilidad a la sociedad y a nosotros mismos. Sea el estudio la vía más expedita para ello.
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