Por Yulia Nela González Bazán
Santiago de Cuba, 17 feb.— Hace solo unos días concluyó el evento Ñico Saquito in memoriam en la ciudad de Santiago de Cuba. Una iniciativa que reconoce la genialidad del destacado compositor santiaguero.
Santiago de Cuba, 17 feb.— Hace solo unos días concluyó el evento Ñico Saquito in memoriam en la ciudad de Santiago de Cuba. Una iniciativa que reconoce la genialidad del destacado compositor santiaguero.
En esta ocasión hubo encuentro teórico donde se presentarían testimonios inéditos sobre el también guitarrista e intérprete.
Y para alegría de los amantes de su música en la calle Vargas, donde actualmente residen sus descendientes, una tradicional descarga acompañó el festejo.
Como prometimos en un trabajo precedente nos acercamos a algunos momentos de su vida y obra.
El 15 de enero de 1932, Ñico contrae matrimonio con Josefa del Carmen Arbelo Rodríguez y dos años después nacen sus hijos Caridad Fausta y Antonio; la necesidad de mantener una familia y lo difícil que resultaba encontrar trabajo llevaron a Ñico a recorrer Bares, Cantinas, Restaurantes y Bateyes de centrales cantando o buscando contratos para amenizar cumpleaños y bodas, ya no como un hobby, sino como un medio de sustentar a la familia y así comienza a dar a conocer sus obras musicales como:Guajiras, Sones, Rumbas, y Guarachas.
El primer grupo a que se incorporó fue al Cuarteto Castillo, integrado por Manolo Castillo, director y voz segunda; Ángel Almenares, guitarra segunda; Juan medina, guitarra prima y Ñico tocaba las maracas, güiro y cantaba, aquí es donde debuta como profesional.
Luego de trabaja en varios grupos hasta que en 1937, debido al éxito adquirido como compositor, Ñico decide organizar el Cuarteto Siboney, que estaría integrado por Alberto Arocha, Juanico Meriño, el Chino Cornelio y él.
Viendo Ñico Saquito que sus composiciones solían ser popularizadas por otros artistas, decidió viajar a La Habana en busca de promoción para sus aspiraciones artísticas y para dar a conocer al público sus propias obras.
Funda en mayo de 1938 el “Cuarteto Compay Gallo”. Hace carrera en la radio con mucho éxito y realiza varios viajes al extranjero a la vez que incursiona en el cine.
Sufre prisión durante su estancia en Venezuela, donde lo alcanza el triunfo de la Revolución el 1ro de enero de 1959.
Se dice que a su llegada al país declara en entrevista al Periódico Sierra Maestra: “Los que amamos a Cuba no podemos vivir en Venezuela. Hay que llegar con la guaracha revolucionaria al pueblo, y para eso estoy aquí”
Es en la Bodeguita del Medio donde se reunían los intelectuales y artistas más destacado para realizar sus tertulias y reuniones habituales, y es precisamente allí a donde retorna estimulado por el señor Flario Bravo; para volver a encontrar el ambiente adecuado para hacer su música, expresar sus inquietudes y tener encuentros con personalidades. Permaneció en este lugar hasta el día de su muerte dejando en el mismo una estela de cariño y afectos de los que lo conocían y cuantos llegaron a conocer.
Logra organizar el Conjunto Oriental y graba un LP con la casa discográfica Panart Nacionalizada del cual hay varios discos sueltos que incluyen “Yo no escodo a mi abuelita” y “Son cosas de Ñico Saquito” entre otras.
Fallece en La Habana el 4 de agosto de 1982.
Y para alegría de los amantes de su música en la calle Vargas, donde actualmente residen sus descendientes, una tradicional descarga acompañó el festejo.
Como prometimos en un trabajo precedente nos acercamos a algunos momentos de su vida y obra.
El 15 de enero de 1932, Ñico contrae matrimonio con Josefa del Carmen Arbelo Rodríguez y dos años después nacen sus hijos Caridad Fausta y Antonio; la necesidad de mantener una familia y lo difícil que resultaba encontrar trabajo llevaron a Ñico a recorrer Bares, Cantinas, Restaurantes y Bateyes de centrales cantando o buscando contratos para amenizar cumpleaños y bodas, ya no como un hobby, sino como un medio de sustentar a la familia y así comienza a dar a conocer sus obras musicales como:Guajiras, Sones, Rumbas, y Guarachas.
El primer grupo a que se incorporó fue al Cuarteto Castillo, integrado por Manolo Castillo, director y voz segunda; Ángel Almenares, guitarra segunda; Juan medina, guitarra prima y Ñico tocaba las maracas, güiro y cantaba, aquí es donde debuta como profesional.
Luego de trabaja en varios grupos hasta que en 1937, debido al éxito adquirido como compositor, Ñico decide organizar el Cuarteto Siboney, que estaría integrado por Alberto Arocha, Juanico Meriño, el Chino Cornelio y él.
Viendo Ñico Saquito que sus composiciones solían ser popularizadas por otros artistas, decidió viajar a La Habana en busca de promoción para sus aspiraciones artísticas y para dar a conocer al público sus propias obras.
Funda en mayo de 1938 el “Cuarteto Compay Gallo”. Hace carrera en la radio con mucho éxito y realiza varios viajes al extranjero a la vez que incursiona en el cine.
Sufre prisión durante su estancia en Venezuela, donde lo alcanza el triunfo de la Revolución el 1ro de enero de 1959.
Se dice que a su llegada al país declara en entrevista al Periódico Sierra Maestra: “Los que amamos a Cuba no podemos vivir en Venezuela. Hay que llegar con la guaracha revolucionaria al pueblo, y para eso estoy aquí”
Es en la Bodeguita del Medio donde se reunían los intelectuales y artistas más destacado para realizar sus tertulias y reuniones habituales, y es precisamente allí a donde retorna estimulado por el señor Flario Bravo; para volver a encontrar el ambiente adecuado para hacer su música, expresar sus inquietudes y tener encuentros con personalidades. Permaneció en este lugar hasta el día de su muerte dejando en el mismo una estela de cariño y afectos de los que lo conocían y cuantos llegaron a conocer.
Logra organizar el Conjunto Oriental y graba un LP con la casa discográfica Panart Nacionalizada del cual hay varios discos sueltos que incluyen “Yo no escodo a mi abuelita” y “Son cosas de Ñico Saquito” entre otras.
Fallece en La Habana el 4 de agosto de 1982.
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