Altruismo, exigencia, disciplina y amor al
sentimiento humano marcan las historias de colaboradores de la salud de
Santiago de Cuba que en octubre del 2014 partieron a África Occidental
para detener la epidemia del Ébola.
Hoy están en la patria con el
cumplimiento de una de las más nobles y valientes de cuantas misiones
internacionalistas impregna riesgo.
En la plaza de la Revolución Antonio Maceo Grajales tres médicos y un licenciado en enfermería fueron recibidos por familiares y autoridades de la provincia. Aquí el empeño de su misión por la vida, quedó patentizado como paradigma para sostener indicadores favorables en el sistema de salud de Santiago de Cuba.
Gustavo Frometa, director de Salud en la provincia de Santiago de Cuba valoró a estos galenos como hombres de coraje y ejemplo a seguir para generaciones precedentes, como hombres que enfrentaron cuerpo a cuerpo la muerte.
Graciliano Díaz, uno de los colaboradores expresó sentirse comprometido con su país y el sistema de salud que lo ha formado, dijo además que está presto para ayudar a hermanos de otras naciones que necesiten de sus manos.
En la plaza de la Revolución Antonio Maceo Grajales tres médicos y un licenciado en enfermería fueron recibidos por familiares y autoridades de la provincia. Aquí el empeño de su misión por la vida, quedó patentizado como paradigma para sostener indicadores favorables en el sistema de salud de Santiago de Cuba.
Gustavo Frometa, director de Salud en la provincia de Santiago de Cuba valoró a estos galenos como hombres de coraje y ejemplo a seguir para generaciones precedentes, como hombres que enfrentaron cuerpo a cuerpo la muerte.
Graciliano Díaz, uno de los colaboradores expresó sentirse comprometido con su país y el sistema de salud que lo ha formado, dijo además que está presto para ayudar a hermanos de otras naciones que necesiten de sus manos.
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