Cubren de cobre la única cúpula de madera en América Latina

La Catedral Primada de Cuba ubicada en la antigua Plaza de Armas en Santiago de Cuba es sometida a importantes labores de conservación. Tras la reposición completa de su carpintería se cubre hoy de cobre su cúpula central.

Por Dayron Chang Arranz

Santiago de Cuba, 25 mar.— Bajo la custodia del Arcángel que corona la fachada de la Catedral primada de Cuba descansa la cotidianidad de una urbe con medio milenio. Leyendas populares le confirman como el protector de la ciudad. Lo cierto es que incluso la cruz que antes poseía este guardián forma parte de una historia que hoy se rescata con labores de restauración.

Entre los objetos de obra de mayor relevancia se encuentra la única cúpula de madera de América Latina, desafío que ha retado a no pocos obreros que laboran a más de 35 metros de altura. Según José  Roger Diaz, Asesor del arzobispado para arreglos metálicas “esta estructura de madera hubo que restaurarla completamente y en ella trabajó el carpintero mayor Ángel Alonso Guada, quien dirigió y ejecutó el montaje de la cúpula.

En aquel entonces se restituyeron todas las nervaduras y la tablazón de madera preciosa. Ahora se realiza la vestidura de la cúpula que, aunque podía haberse impermeabilizado con materiales menos costosos son menos duraderos. Por ello se escogió un cobre traído de Italia para revestir cada centímetro de la cúpula y de los cupulinos.

La superficie aun en proceso de montaje está hecha ahora con láminas de cobre de 0.6 milímetros en la tablazón y 0.8 en la nervadura, y según los especialistas es un material que si se cuida podría durar eternamente. Si esta cúpula estuvo 200 años sin este producto, ahora va durar 200 años más con el cobre, afirma José Roger.

La mayor complejidad que tiene, según los ejecutores, es que hay que tomar medida en cada una de sus sesiones, entre nervadura y nervadura y en la tablazón. Si se observan los planos esta cúpula tiene un diámetro interior de nuevo metros en la base y culmina en el cuello con tres metros, además de sus 60 m de alto; medidas que van formando  un complejo cono.

Trazar, cortar, doblar y después colocar es la rutina que comprende este oficio de ángeles. En este también hay que tomar en cuenta los amarres entre una y otras piezas aproximadamente de tres cm tanto en la zona horizontal como en la vertical.

Las mismas se cogen con unas chapillas interiores, en las cuales se utilizarán aproximadamente 4500 tornillos.

Aunque la obra es de detalle son 680 láminas de cobre sobre nervaduras las que hay que ubicar hasta llegar a la linterna de la cúpula. De esta manera se estará protegiendo a la misma de eventos naturales e imprevistos humanos.

Refieren los estudios que en sus inicios cuando se montó la cúpula lo que tenia era zinc y plomo. De esta manera la madera se fue deteriorando con el tiempo por clima y el salitre de la bahía y la humedad relativa de la ciudad. Sobre eso después decidieron ponerle morteros.

Explica el especialista que ese mortero cuando se fisuraba por problemas sísmicos sobre él echaban otro mortero, proceso que llego a convertir el revestimiento en una placa con un sobrepeso de 8 cm.

“En una ocasión durante unas fiestas de fin de año, por una de las ranuras que tenía la cúpula, entró un cohete y ese fuego artificial prendió adentro tres de las nervaduras. Al estar forrado por fuera y por dentro la cúpula trabaja como un horno, comento José.

Justamente por ello antes de poner el cobre, la tablazón se protegió con pintura de recina para evitar que le entraran insectos y humedad, se puso macilla, se sellaron las uniones y después se ubicó una manta térmica contra el calor. Cada espacio entre nervadura y nervadura lleva 17 elementos hasta llegar al cuello de la cúpula.

Aunque todavía falta el cemento hidráulico para proteger la madera y evitar que el agua le penetre ya se trabaja en los detalles de carpintería y en la famosa linterna de cristales que dará luz al interior de la catedral. Mientras artistas de la plástica y restauradores se trabajan en cada detalle de la ornamentación que demanda la original cúpula.