Por Rosalina Tamayo Arañó
Palma Soriano, Santiago de Cuba, 20 nov.— Hoy son más de cien los trabajadores de la salud palmeros que han dado su disposición para combatir el Ébola en cualquier parte del mundo según nos informa Yadriana Valerino, Jefa del Departamento de Colaboración en la Dirección Municipal de Salud.
Palma Soriano, Santiago de Cuba, 20 nov.— Hoy son más de cien los trabajadores de la salud palmeros que han dado su disposición para combatir el Ébola en cualquier parte del mundo según nos informa Yadriana Valerino, Jefa del Departamento de Colaboración en la Dirección Municipal de Salud.
Entre el primer grupo de cubanos que
llegó a Sierra Leona hay dos enfermeros de Palma Soriano. Idael Torres
Cárdenas, quien ante de su partida laboraba en los servicios de
hemodiálisis del Hospital General Juan B. Viña y Orlando Borrero
Jiménez, enfermero terapista del Hospital Ginecostétrico Docente Dra.
Nelia Irma Delfín Ripoll.
Buscando información sobre el programa de vacunación, tuve la suerte de coincidir con la Licenciada Mileidis Nuñez Torres, esposa de Orlando con quien lleva 14 años de casada. Me cuenta Mileidis que cuando lo llamaron para saber su disposición, él contestó que sí enseguida.
Ante mi mirada de preocupación, ella supuso mi pregunta y se adelanta: "Él me dijo que como miembro del Contingente Henry Reeve, sabía que lo llamarían y él no podía negarse", y con mucha naturalidad afrontó los preparativos del viaje.
Orlando Borrero Jiménez ya cumplió misión internacionalista en la República Bolivariana de Venezuela, en el Estado Sulia y tiene una experiencia profesional de 28 años. En las cortas comunicaciones vía telefónica con su esposa, le dice que está con tres santiagueros, que han pasado cursos de bioseguridad y creole para poder comunicarse con los pacientes y que no se preocupe que todo está bien.
Mientras tanto Mileidis no se pierde una información por la televisión, confía en la palabra de Orlando que está cuidándose, que están creadas las condiciones para su protección y no esconde su deseo de que pronto regrese a su lado para seguir compartiendo la vida y la profesión que ambos desempeñan, él en el Hospital Materno y ella en el vacunatorio del Policlínico Norte de Palma Soriano.
Buscando información sobre el programa de vacunación, tuve la suerte de coincidir con la Licenciada Mileidis Nuñez Torres, esposa de Orlando con quien lleva 14 años de casada. Me cuenta Mileidis que cuando lo llamaron para saber su disposición, él contestó que sí enseguida.
Ante mi mirada de preocupación, ella supuso mi pregunta y se adelanta: "Él me dijo que como miembro del Contingente Henry Reeve, sabía que lo llamarían y él no podía negarse", y con mucha naturalidad afrontó los preparativos del viaje.
Orlando Borrero Jiménez ya cumplió misión internacionalista en la República Bolivariana de Venezuela, en el Estado Sulia y tiene una experiencia profesional de 28 años. En las cortas comunicaciones vía telefónica con su esposa, le dice que está con tres santiagueros, que han pasado cursos de bioseguridad y creole para poder comunicarse con los pacientes y que no se preocupe que todo está bien.
Mientras tanto Mileidis no se pierde una información por la televisión, confía en la palabra de Orlando que está cuidándose, que están creadas las condiciones para su protección y no esconde su deseo de que pronto regrese a su lado para seguir compartiendo la vida y la profesión que ambos desempeñan, él en el Hospital Materno y ella en el vacunatorio del Policlínico Norte de Palma Soriano.
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