Por Coral Vázquez Peña/Foto cortesía agencia son de cuba
Santiago de Cuba, 24 ene.— Es Santiago de Cuba una tierra donde la música tradicional brota en las calles, en los balcones, vive en la Casa de la Trova y en los festivales que habitualmente se realizan. Sin dudas son esos ritmos y las agrupaciones que los cultivan algunas de las razones que la convierten en una verdadera urbe cultural.
Entre esos grandes exponentes está el septeto Ecos del Tivolí que desde su surgimiento, el 20 de marzo de 1992, ha llenado de orgullo la ciudad más caribeña, la misma que cumplirá en 2015 su medio milenio de fundada.
Herederos de la impronta de Miguel Matamoros y de las raíces más profundas de la música cubana –como ellos mismos afirman– Ecos del Tivolí logró encontrar una singular sonoridad que la hace resaltar en el panorama artístico cubano. ¿La receta? La armoniosa conjunción del rayao expresivo de la guitarra acompañante, tocada magistralmente por el inmortal Rafael Cueto, y el punteo de la guitarra de Miguel. También se suma la voz segunda de Ciro Rodríguez, respetando el tumbao característico de los Sones y Boleros, al más puro estilo Matamorino.
El surgimiento de este septeto pretendía dar continuidad con su obra a los valores más auténticos de la música tradicional cubana, enfatizando en la santiaguera.
Paralelamente, y como nota distintiva, respetan los patrones melódicos y armónicos de los géneros que trabajan, esencialmente los sones y boleros. Ahora bien, esteconjunto rinde especial homenaje y tributo a Miguel Matamoros, a la barriada del Tivolí y a la ciudad de Santiago de Cuba, por el lugar que ocupan en el panorama de la música de todos los tiempos.
Este septeto lleva a los escenarios nacionales e internacionales más importantes los ritmos musicales que identifican la nación, y con ellos, también difunden la cultura y las tradiciones cubanas y santiagueras más autóctonas. Entre los géneros que cultivan están los sones y boleros, las guarachas y su sabor tan exquisito, además de las habaneras. Y como buena agrupación de la tierra indómita, también promueven los pregones, el cha cha cha y la inconfundible conga.
Si de Son se Trata, última producción discográfica, se hizo con el sello Bis Music y la produjo Pancho Amat. En la actualidad se comercializa en la red de tiendas especializadas en venta de fonogramas, como una de las últimas producciones que recrea la música tradicional santiaguera.
Esta cuarta placa de Ecos del Tivolí fue realizada en los Estudios Eusebio Delfín, de Cienfuegos, y tiene como invitados a Pancho Amat y a la cantante María Victoria Rodríguez, una carismática intérprete del género campesino.
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