Autor :Armando Fernández Martí
Una de las situaciones más peligrosas afrontadas por el núcleo inicial del Ejército Rebelde tras establecerse en la Sierra Maestra lo fue sin dudas, la emboscada a la que fue conducida el grupo por el traidor Eutimio Guerra el 9 de febrero de 1957, hace hoy 50 años, en el lugar conocido por Altos de Espinosa, donde el ejército batistiano pretendía aniquilarlo.
Días antes, el 30 de enero, el campamento rebelde situado en Loma de Caracas, fue sometido a un intenso bombardeo de la aviación enemiga por delación del propio Eutimio, aunque afortunadamente, los guerrilleros pudieron escapar sin bajas, aunque dispersos por todo el monte aledaño en pequeños grupos.
Sin embargo, el primero de febrero ya estaban reunidos nuevamente los 30 compañeros que hasta ese momento integraban el Ejército Rebelde a los cuales se les unieron otros llegados como refuerzo desde Manzanillo con algunos alimentos, medicinas y vituallas, que fueron recibidos con alegría por los guerrilleros de más tiempo de permanencia en la montaña.
El nuevo campamento rebelde fue establecido en el lugar conocido por Altos de espinosa, sin sospechar que ya el traidor Eutimio Guerra había constatado con el ejército para que la guerrilla fuera sorprendida y atacada en ese lugar por las tropas al mando del sanguinario Capitán Casillas.
Un aspecto significativo resulta que en ese campamento el traidor había dormido junto al Comandante en Jefe noches antes del ataque, con la encomienda de asesinar a Fidel con una pistola 45 que le había suministrado el propio Casillas, sin embargo, no tuvo el valor de hacerlo por suerte para el Ejército Rebelde, la Revolución y Cuba.
Ese 9 de febrero de 1957 Fidel ordenó a sus hombres retirarse del Campamento de Altos de Espinosa hacia los lomeríos cercanos. Después de la una y 30 de la tarde comenzó el ataque del ejército sin que lograse el propósito de aniquilar al grupo guerrillero que otra vez se vio dividido para escapar del lugar. Sin embargo, hubo que lamentar la muerte de Julio Zenón Acosta, primer mártir del Ejército Rebelde y uno de los campesinos incorporados a la guerrilla desde el mismo inicio de la lucha.
Tres días después, el 12 de febrero, una parte de los guerrilleros, 18 en total, volvieron a reagruparse en el sitio denominado Derecha de Caridad, en espera de los restantes que se habían dispersado durante el ataque al Campamento de Altos de Espinosa. Ya en ese momento, Fidel tenía la confirmación de que el traidor era Eutimio Guerra, guía principal del grupo desde los primeros momentos y que se vendió al ejército de Batista a cambio de dinero y de grados militares en el mismo.
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