Por Coral Vázquez
Hoy cubanas y cubanos reverenciamos a quienes desde el anonimato enfrentan cada día los retos que su tiempo les impone y cuyo fin no es otro que la sobrevivencia humana.
El Día de la Ciencia Cubana se celebra en la mayor de Las Antillas para reconocer muy especialmente en esta jornada a los que cada día tienen ante sí una enorme e importante faena científica y tecnológica en un mundo desigual y donde nuestro proyecto social marcha a la vanguardia en muchos programas.
Decir nombres o mencionar colectivos no puedo, pues temo obviar algunos pero lo que es más que evidente es que quienes integran la comunidad científica reafirman lo dicho por José Martí “El verdadero hombre no mira de qué lado se vive mejor, sino de qué lado está el deber".
Hoy los retos están en la sustitución de importaciones, la producción de alimentos, la biotecnología, el uso racional y eficiente de la energía, el desarrollo de las fuentes renovables y en mitigar los impactos del cambio climático en la esfera medioambiental., por solo mencionar algunos, porque también se esfuerzan aún más en la aplicación y la extensión de las investigaciones en los procesos productivos y de todo este quehacer sabe muy bien el personal científico de avanzada, que interviene directamente en el desarrollo económico-social de la nación.
De ahí el bien merecido el agasajo que expresa el sentir de todo el pueblo y que nació el 15 de enero de 1960 porque en esa fecha y en ocasión del Vigésimo aniversario de la Sociedad Espeleológica de Cuba, el Comandante en Jefe Fidel Castro, confirmó la esencia del futuro científico de la nación.
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