¿Qué sería de la cocina cubana sin arroz? Es una pregunta que bien vale hacerse cuando escuchamos a muchos cubanos expresar: si no como arroz no he comido. Es prácticamente imposible imaginar la dieta cubana sin este cereal tan cotizado y que hoy Cuba intenta expandir por sus campos como un cultivo potencial.
Por ello es el interés del Ministerio de la Agricultura de expandir la producción arrocera en cualquier sitio donde las condiciones y la infraestructura contribuyan al crecimiento del arroz.
En Santiago de Cuba es cada vez más habitual llegar a cualquier forma de producción y ver que los largos tallos característicos de los arrozales asoman con distinción entre otros cultivos. Es el empeño hecho grano lo que ha permitido que los volúmenes de arroz crezcan en la provincia y que en muchos sitios se comercialice y consuma arroz cosechado en este territorio.
Lo anterior no es casualidad. El Grupo de Granos del Ministerio de la Agricultura ha establecido un programa de desarrollo para el arroz, lo que permitirá alcanzar más de 538 000 toneladas del cereal en este 2012.
Las producciones están encaminadas a sufragar las cuotas de la canasta básica y con ello reducir las importaciones del grano a la isla.
Sin embargo cabe resaltar la tarea de pequeños agricultores que en sus reducidos espacios se dan a la tarea de sembrar el arroz que alimentará a su familia como forma de autoconsumo, e incluso abastecer a otros miembros de la comunidad donde residen.
Es a estos productores a quienes va dirigido el Proyecto de Arroz Popular, una iniciativa que pretende fomentar el cultivo del arroz en cada sitio donde se pueda y será deber de la agricultura apoyar a los arroceros pequeños con fertilizantes, plaguicidas y semillas además de establecer un contrato que organice y redefina la producción arrocera. Entonces el cultivo crecerá como lo hace ahora el cereal en las parcelas anegadas de Santiago de Cuba y en cada cocina cubana no faltará ese exquisito y necesario alimento que acompaña nuestro día a día.
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