Autor :Israel Hernández Planas
Ningún caso importante en las líneas de enfrentamiento, la alta calificación del personal y la dotación de los puntos de embarque y llegada con tecnología de punta para la detección, son algunos de los tópicos positivos que permitieron a la aduana santiaguera culminar el pasado 2011 con excelentes resultados en la protección de las fronteras cubanas.
Las primeras autoridades cubanas que encuentran el foráneo y el residente nacional cuando llega a Cuba tras un viaje al exterior velan por la capacitación de sus inspectores al más alto nivel para evitar demoras y molestias en los trámites aduanales, una situación que trasciende hoy a la palestra pública debido a los cambios que se avizoran en esta institución gubernamental para hacer mucho más eficiente la protección de la economía nacional y propiciar que el viajero salga del salón de llegada lo más complacido posible.
Por eso para la Aduana General de la República de Cuba es primordial revisión de las regulaciones vigentes y la transformación en el caso que se requiera. Por el momento su principal arista de trabajo en este 2012 se fundamenta en la divulgación de las legislaciones aduaneras vigentes.
En Santiago de Cuba, tercera plaza aeroportuaria de mayor acogida de vuelos internacionales en el país, la comunicación con el público ha ganado un espacio esencial dentro de la agenda de trabajo de los aduaneros.
Presentaciones televisivas y radiales explicando el método peso-precio, la lista de los objetos que hoy se encuentran limitados de entrada al país o las resoluciones 320 y 321 firmadas por el Jefe de la Aduana General de la República de Cuba, son temas de marcada reiteración por parte de los directivos y portavoces de la Aduana territorial.
Hoy se puede decir que nuestro pueblo conoce mucho más del trabajo de la aduana, gracias sobre todo a los tabloides informativos que circulan para que todos conozcan los listados de productos importables y el precio que nuestro país le adjudica a estos equipos cuando desembarcan por cualquier aeropuerto o puerto.
Los tiempos de estancia de los viajeros que arriban a Santiago de Cuba por su aeropuerto internacional se ha reducido toda vez que se ha automatizado el sistema de valoración, pesas a las que no son sometidos los pasajeros que a simple vista no exceden los 30 kilogramos permitido por cada viajero.
Son estos sin dudas los mayores logros de la aduana en Santiago de Cuba. Sus perspectivas están en el reto de ser cada día más profesionales. En eso se empeñan los inspectores santiagueros, en consolidar el prestigio y la transparencia que se requieren para tales funciones.
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