Santiago de Cuba, 9 feb.— Elocuente rol tienen los docentes cubanos en estos momentos al tener el desafío de explicar a sus estudiantes, muchos de los cuales no vivieron el referendo de 1976, las razones y el significado de dar el Sí por la nueva Constitución.
Profesores de historia y de marxismo de los diferentes niveles de la enseñanza de Santiago de Cuba en encuentro de trabajo compartieron sus experiencias sobre la labor que realizan en las aulas argumentando las razones históricas, éticas y cívicas que asisten a los cubanos para el 24 de febrero refrendar la nueva constitución.
Damaris Torres, es profesora de la Universidad de Oriente y considera que: ”como historiadora, por mi condición de mujer negra de extracciónhumilde que ha llegado a obtener un título universitario, y ser miembro de la Academia de Historia y estar en las aulas universitarias gracias a esta Revolución a la que todos le debemos mucho, entonces claro que daré el Si por la nación”.
Manuel Fernández Carcacés, también es profesor del Alma Mater oriental con larga experiencia en las aulas expresa: “tenemos que refrendar la constitución porque es la garantía de que ningún niño cubano duerma en las calles como duermen hoy en el mundo miles de millones de infantes. Es la garantía que la salud pública siga siendo de calidad y totalmente gratuita. Es la garantía de que haya una educación de calidad también gratuita igualitaria para todos sin privilegios de ningún tipo, Es la garantía de que no vuelvan al país divisiones que siempre hubo por cuestiones de raza o económicas. Es la garantía en fin que no sea inútil la lucha, la sangre se ha derramado en este país desde hace 150 años”.
Mientras la joven Danirevis Durán, profesora también con apenas un año de graduada asegura: “refrendar la Constitución es mi aporte como joven profesional que soy, además le debo mi título a la patria y puedo decir que todo el pueblo santiaguero dirá Si porque es asegurar nuestro presente y futuro.
Honremos la tradición de unidad y civismo que heredamos de aquellos que en Guáimaro zanjaron desacuerdos anteponiendo a la patria.
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