Por Lourdes Palau Vázquez
Santiago de Cuba, 9 feb.—De paso por la habana en asuntos laborales observé en calles y avenidas vallas y carteles que anunciaban el slogan "Por la habana lo más grande", y también presencié un ajetreo de pinturas y remodelaciones al cumplirse en noviembre de este año el aniversario 500 de la fundación de esa villa. Muy lejos de mi imaginación entonces estaba que un por ciento importante de adornos y alegorías volarían con el tornado de la noche del 27 de Enero.
Ya de regreso a mi Santiago a escasas horas de aquella catástrofe natural contemplé como muchas de las cosas hermosas que se habían levantado estaban retorcidas en el piso al paso de los vientos, las lamentables pérdidas humanas, los carros como juguetes arrasados y una sensación de tristeza y desesperanza me invadió el corazón, quizás amén de las lógicas razones humanas, por el corto tiempo transcurrido en que había dejado a mis espaldas de regreso una habana pujante y atractiva.
Pero el tiempo tan poderoso siempre todo lo compone y con ese poder universal va resanando heridas y fortificando el espíritu a pesar de cualquier circunstancia, y con el decursar de los días los hijos de la ciudad maravilla con la presencia en las calles de Miguel Díaz-Canel presidente de los Consejos de Estado y de Ministros y autoridades del Partido y el gobierno, organizaciones de masas y el pueblo de la capital han ido levantándose.
Transcurrido más de diez días de la inclemencia natural la solidaridad surgida desde los primeros momentos se incrementa con los damnificados de los municipios afectados, en este caso cinco, Regla, Guanabacoa, Diez de Octubre, Cerro y Habana del Este, así quedó evidenciado en el espacio de la Mesa redonda del Martes 6 de febrero donde comparecieron las máximas autoridades del país y de los territorios habaneros azotados por el tornado.
El presidente de la República presente en el programa quiso en primer lugar ratificar las condolencias a las familias que perdieron sus seres queridos y bienes materiales así como agradecer la solidaridad del propio pueblo y de países amigos.
En apenas siete días se conoció que ha sido posible rehabilitar el 90 por ciento de los servicios vitales, se han vendido tanques de agua para los necesitados, se pusieron en práctica experiencias de las tiendas de materiales de la construcción que se aprovisionan fundamentalmente de bloques y áridos, los trabajos se concentrarán en los albergados, en las oficinas de trámites, y en los puntos de venta de materiales.Se visita a las familias, el intercambio con la población es permanente, el movimiento de donaciones y artículos de primera necesidad crece, las empresas asociadas a la construcción trabajan sin parar, al llamado de que las entidades con espacios disponibles lo cedieran a los que perdieron sus casas la Universidad de La Habana ofreció una de sus residencias estudiantiles.
Por todo ese tornado humano que incluyó el rescate de los recién nacidos en las manos rudas de los socorristas y bomberos al ser fuertemente abatido un hospital, imágenes que nos estremecieron y lo que se continua haciendo, el presidente de la República de Cuba es protagonista activo de lo que hoy se vive, dijo en la Mesa redonda: Vamos a trabajar intensamente durante meses con la certeza de que aunque el tornado nos afectó el 500 aniversario de La Habana Va porque se trabaja para eso y todo lo que se haga como parte de la recuperación también tributa a ese cumpleaños.
Los enemigos trataron en las redes sociales de desunirnos, de sembrar mentira, desidias, de confundir, pero la mentira tiene piernas cortas y más cortas cuando hay un pueblo que da una respuesta como el nuestro.
Seguiremos en la lucha por conquistar toda la justicia en el reino de este mundo y podemos convocar también con esa canción Ánimo gente mía, de los hermanos Novos y Silvio que dice que a la noche más negra le amanece el día, porque somos Cuba, somos continuidad y vamos por más.
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