Santiago de Cuba, 31 dic.— El cementerio patrimonial Santa Ifigenia de Santiago de Cuba es expresión de la carga de historia que caracteriza a esta tierra oriental, lo cual lo atestigua su declaración como Monumento Nacional, el 19 de mayo de 1979, por su majestuosidad y valores tan singulares.
En el sagrado lugar, el primer enterramiento público ocurrió el 22 de abril de 1868 y fue de una niña parda llamada Encarnación Ramos, a lo que le siguieron innumerables inhumaciones que convierten a la necrópolis santiaguera en un referente del patrimonio funerario en Cuba.
Más allá de su función social, el recinto atesora a figuras que han dejado huellas en el campo político, cultural, científico, intelectual y en otras ramas, como espacio donde la leyenda y la historia se unen en piezas de granito y mármol, con más de 10 mil tumbas distribuidas.
La fecha de su fundación coincidió con el comienzo de las luchas por la emancipación de Cuba, motivo por el cual en ese espacio reposan y se veneran los restos de figuras de nuestras gestas libertarias.
Hay estructuras que vieron depositar hombres insignes, entre ellos Carlos Manuel de Céspedes, quien fue trasladado allí luego de su muerte en San Lorenzo, el 27 de febrero de 1874.
En ese sitio se alza el Retablo de los Héroes, monumento de grandes, que guarda a más de 30 generales de las luchas independentistas, algunos de la talla de Guillermón Moncada y Flor Crombet, y otros oficiales y soldados de las contiendas de 1868 y 1895.
También cuenta con sepulcros sencillos pero que llevan en sí la grandeza de excelsas mujeres como Mariana Grajales (fue trasladada hacia el área central en 2017), Dominga Moncada y María Cabrales, las dos primeras madres excepcionales y la otra fiel compañera que compartió los ideales de su amado Antonio Maceo.
El Mausoleo erigido en honor al Héroe Nacional José Martí, inaugurado el 30 de junio de 1951, tiene incalculables valores estéticos con un manifiesto simbolismo e inspirados en la vida del Maestro dedicada por entero a la Patria.
A la riqueza patrimonial del camposanto se añaden otras construcciones del siglo XIX e inicios del XX, donde tienen su morada personalidades representativas de diversas esferas de la sociedad como Emilio Bacardí y Elvira Cape, promotores de una gran parte del desarrollo cultural de la ciudad de Santiago de Cuba.
Hay lápidas que hacen estremecer ante la juventud y el heroísmo de mártires de la causa revolucionaria, por ejemplo, la de Frank y Josué País García, abrazados por un mismo ideal, a los que se suman Pepito Tey, Tony Alomá, Otto Parellada, inmolados el 30 de noviembre de 1956, y los que enfrentaron con estoicismo la soldadesca del dictador Fulgencio Batista el 26 de julio de 1953.
Si de rememorar hombres y mujeres de honor se trata, es necesario mencionar, asimismo, el Panteón de las Fuerzas Armadas Revolucionarias y el Monumento a los caídos en misiones internacionalistas.
Igualmente, complementa el valor de ese sagrado lugar el descanso de Francisco Antonmarchi Mettei, quien fuera el último médico de Napoléon Bonaparte.
Desde el 4 de diciembre de 2016 el camposanto santiaguero es sitio de perenne peregrinación para rendir tributo al Comandante en Jefe Fidel Castro, cuyas cenizas fueron colocadas allí muy cerca de su Maestro Martí, de quien llevaba las doctrinas en el corazón, para enaltecer aún más la historia de Santiago de Cuba.
Y para hacer más grandioso este altar de la Patria, desde el 10 de octubre de 2017 los próceres fundadores de la nación están juntos en el área central patrimonial, al ser trasladados y colocados bien cerca de donde reposan el Héroe de Dos Ríos y al eterno líder de la Revolución, los restos del Padre de la Patria y de Mariana Grajales, la madre de todos los cubanos.
Este Primero de Enero, aniversario 60 del triunfo de la Revolución, ante tan gloriosa historia y tantos héroes y patriotas, ante Martí, Céspedes, Fidel y Mariana, será la celebración nacional por la fecha patria.
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