Por Lourdes Palau Vázquez
Santiago de Cuba, 8 oct.— No le conocí físicamente y ha formado parte de mis más cercanos, guardo sus recuerdos, en recortes, en mi cuadro que por años corona en casa una pared, en libros, en el pensamiento, pero descubro cada día que millones sienten esa cercanía cuando contemplo imágenes que le traen de vuelta joven y gallardo como siempre fue, o enarbolan sus palabras como enseñanzas en Cuba y en el mundo, así eres querido Che.
Se equivocaron aquellos que cobardemente persiguieron a Ernesto Guevara con orden expresa de exterminarlo aquel triste octubre de 1967, dos años antes en 1965 cuando se constituyó el Comité Central el líder histórico de la Revolución cubana hizo pública la carta de despedida que dejara el Che, explicando “Hay una ausencia en nuestro Comité Central de quien posee todos los méritos y todas las virtudes necesarias en el grado más alto para pertenecer a él y que, sin embargo, no figura entre los miembros de nuestro Comité Central”.
Entonces con mucha tristeza dio lectura a aquellas cuartillas precisas y punzantes que dejó como confesión nuestro querido ché, en algunos de sus párrafos se devela el inmenso cariño hacia Fidel y el pueblo de Cuba, vínculos indisolubles hasta hoy en que su querida presencia se agiganta.
… "Aquí dejo lo más puro de mis esperanzas de constructor y lo más querido entre mis seres queridos… y dejo un pueblo que me admitió como un hijo; eso lacera una parte de mi espíritu. En los nuevos campos de batalla llevaré la fe que me inculcaste, el espíritu revolucionario de mi pueblo, la sensación de cumplir con el más sagrado de los deberes: luchar contra el imperialismo donde quiera que esté, esto reconforta y cura con creces cualquier desgarradura. Que si me llega la hora definitiva bajo otros cielos, mi último pensamiento será para este pueblo y especialmente para ti... Que te doy las gracias por tus enseñanzas y tu ejemplo al que trataré de ser fiel hasta las últimas consecuencias de mis actos…"
Los años transcurridos no limitan que las generaciones sucesivas a su partida lo vean como una inspiración para transitar nuevos caminos, por ello sigue siendo nuestro querido Che una figura entrañable de la Revolución y de su pueblo.
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