Palma Soriano, Santiago de Cuba, 22 jun.— La comunidad japonesa tiene más de un siglo de historia en Cuba. Resulta significativo que en Santiago de Cuba quedaran sembradas pequeñas huellas de la presencia nipona. En el marco de la Jornada por el aniversario 120 de la migración japonesa a Cuba, el Proyecto “Pensar en Haiku” y la Biblioteca Municipal Paquito Borrero, reconocieron a la familia Tamaky, radicada en Palma Soriano.
Se contó con la presencia de Bertha Tamaky, guía de la familia y otros miembros, el investigador e historiador Ernesto Manchón Manzano persona que se ha encargado de recoger la historia de esta ralea, con los que se mantuvo un encuentro de relatos de vida de esta familia, así como los poetas de haikus Ania Poulout Pacheco, Yulier Canuto y la niña Delenis Matamoros que incursiona en la poesía tradicional del Japón.
Al finalizar el encuentro se realizó la presentación del libro: “Un japonés en Santiago de Cuba: una historia de amor”, la que contó con la presencia de su autora, Lidia Antonia Sánchez Fujishiro, Licenciada en Historia, profesora de la Universidad de Oriente y museóloga especialista de la Plaza de la Revolución “Mayor General Antonio Maceo Grajales”, páginas que rinden homenaje al Sr. Kenichi Fujishiro, primer japonés que arribó por azar y se estableció en Santiago de Cuba.
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