Por Armando Fernández Martí
Santiago de Cuba, 10 jun.— La historia de la usurpación por parte de Estados Unidos de este pedazo del territorio cubano de 117 kilómetros cuadrados donde se instala hoy la base, tuvo su comienzo un día como hoy 10 de junio, pero de 1898, cuando el Contralmirante William Sampsom que comandaba la escuadra naval que bloqueaba la isla de Cuba ordenó el desembarco de unos 600 marines para apoderarse de la bahía de Guantánamo y sus alrededores.
Ya desde finales de abril y todo el mes de mayo de 1898, la escuadra norteamericana había cañoneado esta zona cubana y fueron varios los intentos de desembarcar sus tropas, esfuerzos que resultaron infructuosos por la resistencia que encontraron los norteamericanos por parte de las fuerzas españolas y criollos voluntarios que protegían el litoral y los accesos a la bahía guantanamera.
Sin embargo, las fuerzas desembarcadas por Estados Unidos para apoderarse de este lugar, tuvieron que solicitar la ayuda de las fuerzas mambisas, colaboración que le habían ofrecido los jefes militares cubanos, en particular el Mayor General Pedro Agustín Pérez.
Después de librar numerosos combates, entre el 14 y el 16 de junio de 1898 las fuerzas cubano-norteamericanas aseguraron el control total de la bahía de Guantánamo y el territorio aledaño, comenzando a partir de ese momento a convertirse en una base de operaciones de Estados Unidos donde permanece desde entonces, contrario a la voluntad del gobierno y el pueblo cubanos.
Tanto en la Enmienda Platt impuesta a la Constitución Cubana en 1901, como el Tratado Recíproco que la sustituyó en 1934, Estados Unidos aseguró su permanencia en la base mediante un artículo donde señala que en tanto los dos gobiernos no estén plenamente de acuerdo la base no podrá pasar a la soberanía cubana.
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