Por Iris de Armas Padrino
La Habana, 4 feb.— El anticuerpo monoclonal cubano Nimotuzumab, desarrollado por el Centro de Inmunología Molecular, del grupo empresarial BioCubaFarma, aumenta la supervivencia de los niños con tumores del tallo cerebral, una de las localizaciones de cáncer más complicada en edad pediátrica.
En diálogo con la Agencia Cubana de Noticias, el Doctor Jesús de los Santos Renó Céspedes, quien lleva tres décadas en el Instituto Nacional de Oncología y Radiobiología (INOR), precisó que antes de utilizar ese fármaco, a los 12 meses sólo el 10 por ciento de los niños estaban vivos o controlados y en dos años no había pacientes vivos.
El también jefe del Departamento Docente de esa institución, subrayó que en estos momentos, a cinco años de aplicar el Nimotuzumab combinado con la radioterapia, en ese servicio tienen vivos a más del 30 por ciento de los pacientes con tumores del tallo cerebral.
Anunció que en esta localización laboran en diseños de investigación con el anticuerpo monoclonal, que permita ampliar la supervivencia, y "aunque sigue siendo baja, es difícil rescatar un niño con tumor del tallo cerebral, y en estos momentos casi el 35 por ciento de ellos a cinco años sobrevive", dijo.
Con los productos cubanos se pretende aumentar el arsenal terapéutico para esta localización y otras en edad pediátrica, argumentó.
Ahora hay esperanza en el tratamiento de pacientes con linfoma de Hodgkin con el anticuerpo monoclonal cubano Rituximab, auguró.
Renó Céspedes también mencionó otras drogas que se emplean ante las complicaciones para el cáncer pediátrico como el Neupogen, un modificador de la respuesta biológica para que no se deprima la médula ósea de los infantes con tratamiento citostático, y así evitar las complicaciones sépticas que trae aparejado el procedimiento cuando hay aplasia medular.
El Nimotuzumab es un protocolo extendido a todo el país, empezó en el INOR y en el habanero pediátrico Juan Manuel Márquez, de referencia en la nación para las enfermedades neuropediátricas.
Explicó que en el INOR trabajan en otras investigaciones en el campo de la pediatría y también son centro de referencia para diversos estudios, además de contar con protocolos internacionales para el control de las enfermedades malignas.
En Cuba ha aumentado la incidencia del cáncer infantil, pues hay unos 450 casos nuevos anualmente porque hasta hace unos años se trataban niños de hasta 14 años y ahora es hasta 18 la edad pediátrica, aclaró.
A nivel mundial y en la mayor de las Antillas también los tumores malignos de la infancia más frecuentes son la leucemia, los linfomas, los del sistema nervioso central, los neuroblastomas y los de Wilms, de causa renal.
Cuba garantiza la atención a todos los niños con cáncer, donde la supervivencia ha aumentado hasta un 75 por ciento y hay localizaciones del cáncer que tienen un 100 %, todo ello pese al bloqueo norteamericano, aclaró.
Del grupo de los que he atendido tengo 14 médicos graduados, uno en estos momentos en el tercer año de la carrera de Medicina, vive en Manzanillo y tiene un linfoma óseo.
Otros niños hoy son abogados, profesores universitarios de matemática y de física, algunos artistas y deportistas.
Rescatar una vida y ponerla en la sociedad como un ser socialmente útil es una de las recompensas más grandes que puede tener cualquier médico y eso para mí ha sido muy bonito, concluyó el entrevistado.
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