Por Marlene Montoya
Santiago de Cuba, 26 feb.— El Museo de Ambiente Histórico Cubano, dedicado a la historia del mueble en Cuba y único de su tipo en el país, atesora una cama estilo imperio la cual, se afirma, fue utilizada por Carlos Manuel de Céspedes en esta ciudad.
Fabricada de cedro y con forma de góndola, el hermoso ejemplar está expuesto en la sala 10 de la vivienda del siglo XIX de esa institución cultural, con sede en la casa considerada la más antigua de la Isla y una de las de América.
Leisi María Yaque, su directora, señaló en exclusiva que sobre su uso por el patriota bayamés existen referencias del arqueólogo y restaurador español Francisco Prat Puig, quien rescató importantes reliquias, incluido el propio museo.
Esa pieza de dormitorio, dijo, perteneció a la familia de Rafael Tamayo Fleitas, compañero de estudios de Céspedes.
Por ese valor histórico fue adquirida por Prat para su colección personal y luego donada por él cuando se inauguró el museo el 30 de noviembre de 1970, precisó.
Según el libro Carlos Manuel de Céspedes. Escritos, Compilación de Fernando Portuondo del Prado y Hortencia Pichardo Viñals, Tomo 1, Céspedes vivió en Santiago de Cuba ocho meses, luego de haber sido hecho prisionero en 1855 por conspiración contra España.
Reseña esa fuente que el patriota residió en calle Catedral Baja número cinco, hoy Heredia, y los familiares de Tamayo Fleitas conservaron durante años el cuarto y los objetos que empleó, entre esos la cama.
Típica del estilo imperio criollo, es de muy buena factura y demuestra la habilidad alcanzada por los ebanistas cubanos en el siglo XIX.
Abierto al público hace 47 años, frente al Parque Céspedes, el museo resguarda valiosos exponentes que recrean ambientes domésticos desde el siglo XVI hasta el XIX, en dos viviendas que se corresponden a una y otra centuria.
La primera, de arquitectura morisca, fue la morada de Diego Velázquez, donde el Adelantado español tuvo también la casa de contratación y el horno de fundición de metales preciosos.
Otros sitios restaurados por el profesor Prat Puig fueron el Castillo del Morro San Pedro de la Roca, de Santiago de Cuba, el Castillo de la Real Fuerza, en La Habana, y reliquias en Camagüey, Bayamo, Gibara y Baracoa.
A fines de la década del 30 del pasado siglo llegó a Cuba y años más tarde, al ser invitado a formar parte del claustro de profesores de la Universidad de Oriente, se trasladó a esta urbe oriental que lo impresionó por su arquitectura colonial y fijó acá su residencia, hasta morir el 28 de mayo de 1997.
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