Santiago de Cuba, 31 oct.— Desde hace más de 50 años Estados Unidos instauró el bloqueo económico, comercial y financiero contra Cuba que se ha mantenido intacto.
De forma unilateral ha tratado de
engañar a todo el mundo incluyendo a los propios norteamericanos,
conceptuando a ese hecho inhumano como un embargo en un intento por
suavizar al menos de esa forma, su genocida política de bloqueo a la
isla.
De ahí que siempre que los
representantes estadounidenses en los foros internacionales como en la
ONU se refieren al bloqueo lo hacen llamándolo embargo, juego de
palabras que también utiliza el poder mediático norteamericano para
engañar al mundo en favor de los intereses del imperio.
Pero embargo y bloqueo son términos bien distintos en cualquier lengua que se empleen y ni siquiera son sinónimos uno de otro, si eso es lo que pretenden hacerle ver al mundo los gobiernos de las doce administraciones norteamericanas que han mantenido esa política genocida durante casi medio siglo.
Si acudimos al diccionario político o corriente en cualquier idioma, podríamos encontrar claramente las definiciones de ambos conceptos que no dejarán duda alguna entre uno y otro término.
Embargo, por ejemplo, se define diccionarios corrientes y políticos como "retención de bienes por mandato judicial, algo que en un país dada algunas circunstancias puede emplear contra otros mientras se dirime el litigio que le dio origen". ¿Acaso es este el caso de Estados Unidos con Cuba?
En lo que respecta a la palabra bloqueo, en un diccionario corriente se define como "asediar e impedir", y en los diccionarios políticos se conceptúa como "aislamiento político, económico y militar. Es un sistema de medidas que toma un Estado contra otro para interrumpir sus nexos con el mundo exterior y obligarlo a capitular". ¿Y acaso no es esto lo que hace Estados Unidos con Cuba?
Lleguemos entonces a la conclusión de que los gobiernos norteamericanos desde 1959 hasta nuestros días y, por supuesto la gran prensa yanqui, ha tratado de engañar al mundo, llamando embargo a su irracional y genocida bloqueo contra Cuba.
Pero el mundo no se puede engañar todo el tiempo y ya casi la totalidad de naciones del planeta desde hace 25 años vienen condenado el bloqueo de Estados Unidos a Cuba en la Asamblea General de la ONU, como el pasado 26 de octubre de 2016, donde Cuba obtuvo 191 votos a favor, ninguno en contra y solo dos abstenciones, Estados Unidos e Israel, lo que representó un triunfo de la heroica resistencia del pueblo cubano.
Pero embargo y bloqueo son términos bien distintos en cualquier lengua que se empleen y ni siquiera son sinónimos uno de otro, si eso es lo que pretenden hacerle ver al mundo los gobiernos de las doce administraciones norteamericanas que han mantenido esa política genocida durante casi medio siglo.
Si acudimos al diccionario político o corriente en cualquier idioma, podríamos encontrar claramente las definiciones de ambos conceptos que no dejarán duda alguna entre uno y otro término.
Embargo, por ejemplo, se define diccionarios corrientes y políticos como "retención de bienes por mandato judicial, algo que en un país dada algunas circunstancias puede emplear contra otros mientras se dirime el litigio que le dio origen". ¿Acaso es este el caso de Estados Unidos con Cuba?
En lo que respecta a la palabra bloqueo, en un diccionario corriente se define como "asediar e impedir", y en los diccionarios políticos se conceptúa como "aislamiento político, económico y militar. Es un sistema de medidas que toma un Estado contra otro para interrumpir sus nexos con el mundo exterior y obligarlo a capitular". ¿Y acaso no es esto lo que hace Estados Unidos con Cuba?
Lleguemos entonces a la conclusión de que los gobiernos norteamericanos desde 1959 hasta nuestros días y, por supuesto la gran prensa yanqui, ha tratado de engañar al mundo, llamando embargo a su irracional y genocida bloqueo contra Cuba.
Pero el mundo no se puede engañar todo el tiempo y ya casi la totalidad de naciones del planeta desde hace 25 años vienen condenado el bloqueo de Estados Unidos a Cuba en la Asamblea General de la ONU, como el pasado 26 de octubre de 2016, donde Cuba obtuvo 191 votos a favor, ninguno en contra y solo dos abstenciones, Estados Unidos e Israel, lo que representó un triunfo de la heroica resistencia del pueblo cubano.
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