Santiago de Cuba, 29 jul.— Una ofrenda floral a nombre del pueblo de Cuba fue depositada en homenaje a las Heroínas del Moncada Haydée Santamaría y Melba Hernández, en el Panteón de los Mártires del 26 de Julio, en el cementerio Santa Ifigenia, de esta urbe.
El tributo, protagonizado por federadas y
combatientes de la Revolución de Santiago de Cuba, evocó la unidad de
ellas en la lucha y que la vida enlazó aún más al coincidir, en este
día, los 96 años del natalicio de Melba (1921- 2014) y 37 de la
desaparición física de Haydée (1923-1980).
Allí
descansan en nichos seguidos, con rosas blancas y amarillas de frente
al Sol, junto a los caídos en la gesta del Moncada, como Abel
Santamaría, segundo jefe del asalto en 1953, donde se les guardó
silencio y se habló de la vida y posterior participación en la contienda
libertaria de las dos valiosas mujeres.
Entonces como si reapareciera la foto de Haydée aferrada a los barrotes de la prisión, explicaron su actitud valiente cuando le enseñaron los ojos arrancados a su hermano Abel o le refirieron acerca de las torturas a su novio Boris Luis Santa Coloma, por los esbirros de Batista, en días posteriores al ataque.
Orlando Guevara, combatiente y periodista, dijo a la ACN que fueron las dos únicas mujeres que integraron el grupo de jóvenes de la Generación del Centenario comandados por Fidel Castro, en Santiago de Cuba, a donde llegaron con una caja de flores y una maleta de ropas ocultando armas.
Participaron en la defensa del antiguo hospital Saturnino Lora y el nombre de Haydée está indisolublemente ligado, además, a la lucha clandestina en esta ciudad, junto a Frank País y otros jóvenes en los preparativos del alzamiento del 30 de Noviembre, como apoyo al desembarco del Granma, afirmó Guevara.
Melba y Haydée, bajo el mando de Fidel, editaron, imprimieron y distribuyeron secretamente el alegato de autodefensa La Historia me Absolverá y tras el triunfo del Primero de Enero de 1959 asumieron importantes responsabilidades.
En el juicio por los sucesos del Moncada, Fidel elogió la actitud de ellas, cuando señaló: "Nunca fue puesto en un lugar tan alto el heroísmo y la dignidad de la mujer cubana".
Entonces como si reapareciera la foto de Haydée aferrada a los barrotes de la prisión, explicaron su actitud valiente cuando le enseñaron los ojos arrancados a su hermano Abel o le refirieron acerca de las torturas a su novio Boris Luis Santa Coloma, por los esbirros de Batista, en días posteriores al ataque.
Orlando Guevara, combatiente y periodista, dijo a la ACN que fueron las dos únicas mujeres que integraron el grupo de jóvenes de la Generación del Centenario comandados por Fidel Castro, en Santiago de Cuba, a donde llegaron con una caja de flores y una maleta de ropas ocultando armas.
Participaron en la defensa del antiguo hospital Saturnino Lora y el nombre de Haydée está indisolublemente ligado, además, a la lucha clandestina en esta ciudad, junto a Frank País y otros jóvenes en los preparativos del alzamiento del 30 de Noviembre, como apoyo al desembarco del Granma, afirmó Guevara.
Melba y Haydée, bajo el mando de Fidel, editaron, imprimieron y distribuyeron secretamente el alegato de autodefensa La Historia me Absolverá y tras el triunfo del Primero de Enero de 1959 asumieron importantes responsabilidades.
En el juicio por los sucesos del Moncada, Fidel elogió la actitud de ellas, cuando señaló: "Nunca fue puesto en un lugar tan alto el heroísmo y la dignidad de la mujer cubana".
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