Santiago de Cuba, 9 may.— El 9 de mayo es una fecha que debe permanecer imborrable en la memoria de los pueblos, porque si bien ese día de 1945 se puso fin a la Segunda Guerra Mundial y con ella la derrota del fascismo, el germen de esa pesadilla sigue vivo y dispuesto a renacer, para conducir al planeta hacia un holocausto, que podría poner fin a la existencia de la especie humana sobre la tierra.
La Segunda Guerra Mundial se inició el
primero de septiembre de 1939 con la invasión a Polonia por el régimen
fascista de Alemania y durante sus 2068 días terribles de duración,
teniendo como escenario principal el continente europeo, cobró la vida
de más de 50 millones de personas, una gran parte civiles inocentes.
Objetivo de esta guerra nazi-fascista fue aniquilar a la entonces Unión Soviética, primer estado socialista del mundo, pues dos años después de iniciado el conflicto, en junio de 1942, Adolfo Hitler lanzó sobre ese país 190 divisiones con cinco millones y medio de soldados, 47 200 cañones, 4300 tanques, 4980 aviones y 193 navíos de guerra.
Por más que se ha pretendido ignorar el papel soviético en esta guerra, fue esa gran nación socialista la que llevó el mayor peso del conflicto y perdió 20 millones de sus hijos, pero logró contener la invasión hitleriana, expulsó a las tropas fascistas de su territorio y contribuyó a la liberación de otras naciones del este europeo, que después integraron el campo socialista.
Los combatientes o soldados rojos de la entonces Unión Soviética bajo la bandera de la oz y el martillo, llevaron las acciones hasta el mismo Berlín, la capital alemana, obligando al régimen nazi a capitular el 8 de mayo de 1945 y un día después, proclamarse la victoria contra el fascismo, poniendo fin a la Segunda Guerra Mundial.
Desde aquel 9 de mayo de 1945 hasta nuestros días han transcurrido 72 años y hoy la humanidad se preocupa porque las ideas fascistas renacen y avanzan en otros países y otros hombres que como Alemania y Hitler, quieren apoderarse del mundo y someterlo a sus pues, sin tener en cuenta que sobre el destino futuro de la humanidad la última palabra la tienen los pueblos. Hoy es una buena fecha para recordarlo.
Objetivo de esta guerra nazi-fascista fue aniquilar a la entonces Unión Soviética, primer estado socialista del mundo, pues dos años después de iniciado el conflicto, en junio de 1942, Adolfo Hitler lanzó sobre ese país 190 divisiones con cinco millones y medio de soldados, 47 200 cañones, 4300 tanques, 4980 aviones y 193 navíos de guerra.
Por más que se ha pretendido ignorar el papel soviético en esta guerra, fue esa gran nación socialista la que llevó el mayor peso del conflicto y perdió 20 millones de sus hijos, pero logró contener la invasión hitleriana, expulsó a las tropas fascistas de su territorio y contribuyó a la liberación de otras naciones del este europeo, que después integraron el campo socialista.
Los combatientes o soldados rojos de la entonces Unión Soviética bajo la bandera de la oz y el martillo, llevaron las acciones hasta el mismo Berlín, la capital alemana, obligando al régimen nazi a capitular el 8 de mayo de 1945 y un día después, proclamarse la victoria contra el fascismo, poniendo fin a la Segunda Guerra Mundial.
Desde aquel 9 de mayo de 1945 hasta nuestros días han transcurrido 72 años y hoy la humanidad se preocupa porque las ideas fascistas renacen y avanzan en otros países y otros hombres que como Alemania y Hitler, quieren apoderarse del mundo y someterlo a sus pues, sin tener en cuenta que sobre el destino futuro de la humanidad la última palabra la tienen los pueblos. Hoy es una buena fecha para recordarlo.
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