Santiago de Cuba, 4 mar.— El 4 de marzo de 1960 es una fecha imborrable de la memoria histórica del pueblo de Cuba, porque ese día la barbarie terrorista enlutó los hogares de 95 familias cubanas y seis francesas, al estallar en la bahía de La Habana el buque La Coubre, que traía en sus bodegas armas y municiones procedentes de Bélgica para la defensa de la isla revolucionaria.
Frente a ese genocidio surgió una
interrogante: ¿Quién o Quiénes estaban interesados en que Cuba no
contara con esas armas para protegerse de las agresiones enemigas? Nadie
puede negar que el autor de ese irracional crimen fue el gobierno de
los Estados Unidos, aunque desde entonces lo hayan mantenido en el más
absoluto secreto.
Sin embargo y a pesar del tiempo transcurrido no se ha permitido desclasificar ningún documento donde se haga mención al horrible crimen, ni siquiera para distorsionar la verdad, como se acostumbra a hacer cuando se trata de Cuba y su revolución.
Es más, ni siquiera la gran prensa norteamericana tan audaz y tan apegada al derecho a la información, ha dicho nada sobre el sabotaje de La Coubre, y no porque este sea un hecho muy deshonroso para ese país, sino porque Washington se lo ha ordenado lo que la convierte en cómplice del asesinato de 101 cubanos y franceses inocentes.
El 7 de julio de 2007, en una de sus reflexiones, el líder histórico de la revolución Fidel Castro Ruz preguntaba: ¿Por qué en nombre de la libertad de información, no se ha desclasificado un solo documento que nos diga cómo la CIA hace ya casi medio siglo hizo estallar el vapor La Coubre?.
57 años después del crimen de La Coubre todavía Cuba y el mundo esperan por esa respuesta. Tal vez los nuevos tiempos por los que pasan las relaciones entre Estados Unidos y Cuba permitan aclarar este hecho y permitan por demás, que el gobierno de Washington, sea el actual o cualquier otro, se disculpe ante el noble pueblo cubano por las víctimas del horrible sabotaje del 4 de marzo de 1960, y por los más de 3 mil muertos provocados por el terrorismo en la isla cuyo culpable es uno solo: Estados Unidos.
Aun así y por mucho que se pretenda esta será una de las historias que jamás los cubanos olvidaremos. ¡Eso que nadie lo dude!.
Sin embargo y a pesar del tiempo transcurrido no se ha permitido desclasificar ningún documento donde se haga mención al horrible crimen, ni siquiera para distorsionar la verdad, como se acostumbra a hacer cuando se trata de Cuba y su revolución.
Es más, ni siquiera la gran prensa norteamericana tan audaz y tan apegada al derecho a la información, ha dicho nada sobre el sabotaje de La Coubre, y no porque este sea un hecho muy deshonroso para ese país, sino porque Washington se lo ha ordenado lo que la convierte en cómplice del asesinato de 101 cubanos y franceses inocentes.
El 7 de julio de 2007, en una de sus reflexiones, el líder histórico de la revolución Fidel Castro Ruz preguntaba: ¿Por qué en nombre de la libertad de información, no se ha desclasificado un solo documento que nos diga cómo la CIA hace ya casi medio siglo hizo estallar el vapor La Coubre?.
57 años después del crimen de La Coubre todavía Cuba y el mundo esperan por esa respuesta. Tal vez los nuevos tiempos por los que pasan las relaciones entre Estados Unidos y Cuba permitan aclarar este hecho y permitan por demás, que el gobierno de Washington, sea el actual o cualquier otro, se disculpe ante el noble pueblo cubano por las víctimas del horrible sabotaje del 4 de marzo de 1960, y por los más de 3 mil muertos provocados por el terrorismo en la isla cuyo culpable es uno solo: Estados Unidos.
Aun así y por mucho que se pretenda esta será una de las historias que jamás los cubanos olvidaremos. ¡Eso que nadie lo dude!.
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