Songo–La Maya, Santiago de Cuba, 17 mar.— Una casa será siempre la Torre de Babel, diría el poeta, pero el bardo ignoraba seguro que en La Loma de la Avispa Eliades Ochoa no encontraría una carta inextricable; al contrario, se reencontró con la casa en la que nació y trovadores, vecinos, poetas, autoridades y gente de pueblo para compartir con el Benjamín del proyecto más renombrado de la música cubana en los últimos años: El Buena Vista Social Club.
La casa de Eliades Ochoa fue inaugurada
este miércoles en La Loma de la Avispa, Alto Songo y debe quedar abierta
al público como centro de recreo y recordación del músico más
reconocido de Songo–La Maya.
Eliades Ochoa bajo su sempiterno sombrero recorrió el recién construido hogar enclavado en el sitio donde nació el 22 de junio de 1946.
"No puedo decir que recuerde exactamente", dijo, "pero sí recuerdo a mi padre bajar las lomas, a mi madre trabajando. Aquí cuando se podía matábamos un puerco y echábamos carne y manteca todo en una sola paila".
"No tengo palabras para agradecerle a mi barrio, La Loma de la Avispa, que no negaría nunca. En ningún momento, en ningún lugar. De aquí salí, y me lleno de alegría, viendo esta familia", dijo Eliades Ochoa emocionado.
"Ustedes son los que me dan ese calor humano", agregó. "Me hacen sentir fuerte para hacer música por los siglos de los siglos. Gracias a todos los que han hecho posible esta casa", dijo además Eliades Ochoa, "podría ser histórico este lugar no porque sea mi casa, sino por lo que pueda pasar. Me voy más fuerte de aquí, cuenten que hay en mí un hijo de la Loma de la Avispa, que a pesar de no estar aquí todo el tiempo, no olvida".
Artistas locales como Claro Correoso y el Sexteto Pineda Son cantaron bajo la sombra de los arbustos entre los que se reparten varias mesas con techumbre de guano.
Eliades cantó acompañado por músicos entre los que se encontraba el renombrado bajista Gastón Joya. La jornada cerró bajo un aguacero torrencial que lejos de desentonar aplacó el polvo causado por la intensa sequía que sufre la zona y no pudo opacar la alegría que trajo Eliades Ochoa a la tierra donde nació. Además había donde guarecerse. Eliades Ochoa tiene en la Loma de la Avispa, su propia casa.
Eliades Ochoa bajo su sempiterno sombrero recorrió el recién construido hogar enclavado en el sitio donde nació el 22 de junio de 1946.
"No puedo decir que recuerde exactamente", dijo, "pero sí recuerdo a mi padre bajar las lomas, a mi madre trabajando. Aquí cuando se podía matábamos un puerco y echábamos carne y manteca todo en una sola paila".
"No tengo palabras para agradecerle a mi barrio, La Loma de la Avispa, que no negaría nunca. En ningún momento, en ningún lugar. De aquí salí, y me lleno de alegría, viendo esta familia", dijo Eliades Ochoa emocionado.
"Ustedes son los que me dan ese calor humano", agregó. "Me hacen sentir fuerte para hacer música por los siglos de los siglos. Gracias a todos los que han hecho posible esta casa", dijo además Eliades Ochoa, "podría ser histórico este lugar no porque sea mi casa, sino por lo que pueda pasar. Me voy más fuerte de aquí, cuenten que hay en mí un hijo de la Loma de la Avispa, que a pesar de no estar aquí todo el tiempo, no olvida".
Artistas locales como Claro Correoso y el Sexteto Pineda Son cantaron bajo la sombra de los arbustos entre los que se reparten varias mesas con techumbre de guano.
Eliades cantó acompañado por músicos entre los que se encontraba el renombrado bajista Gastón Joya. La jornada cerró bajo un aguacero torrencial que lejos de desentonar aplacó el polvo causado por la intensa sequía que sufre la zona y no pudo opacar la alegría que trajo Eliades Ochoa a la tierra donde nació. Además había donde guarecerse. Eliades Ochoa tiene en la Loma de la Avispa, su propia casa.
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