Santiago de Cuba, 22 ene.— Al cierre de 2016 sumaban más de mil, edificadas con sistemas ya tradicionales como FORZA, VICOA o Gran Panel; a pesar de que el paso de Matthew restó fuerza de trabajo a las irregularidades que existieron en la entrega de materiales.
Gladys María Ortiz lleva un año en su
nueva vivienda y confiesa sentirse a gusto. Antes compartía el espacio
con una familia numerosa en uno de los asentamientos precarios de la
ciudad; ahora tiene más confort y seguridad: “Tanto yo como toda mi
familia estamos muy contentos –confiesa. Los apartamentos están grandes,
tienen dos cuartos, una sala confortable y el baño también amplio y muy
bueno.”
Al igual que ella, miles de familias se han beneficiado con el amplio programa de construcción de viviendas en Santiago de Cuba.
Otros elementos han afectado igualmente los beneficios ostensibles de este programa. Algunos defectos constructivos, aunque no comprometen la habitabilidad de las viviendas, generan repetidos cuestionamientos de su calidad.
No obstante, Georgina Ruano ve otros matices en esta situación: “Los edificios están cómodos. Hay detalles de terminación, pero son cosas que el que se muda puede ir resolviendo poco a poco, porque tampoco podemos pedir todo a la mano, sino que podemos ir dándole condiciones a la forma de cada cual y poco a poco se va realizando lo poco que hay que hacer; pero están muy buenos.”
En muchos casos, el incremento del bienestar está al alcance de los propios moradores, pero la acción colectiva de las redes de vecinos no siempre resulta funcional.
No obstante, Georgina Ruano tiene más motivos para agradecer: “Porque si podemos pensar dónde vivían estos compañeros antes de estar aquí, es increíble. Esto es un sueño que se ha realizado y se agradece porque mi nieto ya tiene un apartamento con todas las condiciones. ”
Conjuntamente con La Habana, es Santiago de Cuba una de las provincias donde más viviendas se construyen. En 2017 el programa continúa. Ya se anuncian otras mil, incluso con nuevos moldes, especialmente diseñados para este entorno. El desafío es velar por entregar cada vez más y mejores inmuebles.
Al igual que ella, miles de familias se han beneficiado con el amplio programa de construcción de viviendas en Santiago de Cuba.
Otros elementos han afectado igualmente los beneficios ostensibles de este programa. Algunos defectos constructivos, aunque no comprometen la habitabilidad de las viviendas, generan repetidos cuestionamientos de su calidad.
No obstante, Georgina Ruano ve otros matices en esta situación: “Los edificios están cómodos. Hay detalles de terminación, pero son cosas que el que se muda puede ir resolviendo poco a poco, porque tampoco podemos pedir todo a la mano, sino que podemos ir dándole condiciones a la forma de cada cual y poco a poco se va realizando lo poco que hay que hacer; pero están muy buenos.”
En muchos casos, el incremento del bienestar está al alcance de los propios moradores, pero la acción colectiva de las redes de vecinos no siempre resulta funcional.
No obstante, Georgina Ruano tiene más motivos para agradecer: “Porque si podemos pensar dónde vivían estos compañeros antes de estar aquí, es increíble. Esto es un sueño que se ha realizado y se agradece porque mi nieto ya tiene un apartamento con todas las condiciones. ”
Conjuntamente con La Habana, es Santiago de Cuba una de las provincias donde más viviendas se construyen. En 2017 el programa continúa. Ya se anuncian otras mil, incluso con nuevos moldes, especialmente diseñados para este entorno. El desafío es velar por entregar cada vez más y mejores inmuebles.
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