Por José Raúl Castillo Argüelles/Foto TV
Santiago de Cuba, 22
ene.— El estelar Lázaro Blanco (17-4) pese a no estar en su mejor día
dejó a los Tigres en una solitaria carrera limpia y escasos cinco
imparables (cuadrangular de Raúl González ) para concretar una apertura
ganadora que tuvo también como artífice a Guillermo Avilés, autor de estacazo con las bases llenas en la misma primera entrada
que encaminó a los Alazanes a una ruidosa celebración en el Mártires de
Barbados al cabo concretada con holgada pizarra de 10 carreras por 1;
un desenlace de acentuado perfil desequilibrante que colocó a la tropa
local a un paso de proclamarse monarcas nacionales.
Blanco,
primera actuación en la gran final, tuvo que sortear algunas
dificultades con el control pero garantizó una dominante presencia en el
box que se prolongó durante cinco y un tercio de entrada al cabo de las
cuales cedió el puesto a Yanier González con una ventaja en la pizarra
de 9 carreras por 1, desempeño que le valió para sumar otro éxito a su
abultada cosecha en la temporada.
Yanier González (dos y dos
tercios de entrada) y Juan Ramón Olivera se encargaron de colocar el
epitafio a los avileños, tras completar el juego de manera categórica.
Los
aires festivos asomaron tempranamente en las gradas del Mártires de
Barbados pues en el mismo capítulo de apertura los anfitriones lograron
racimo de cinco carreras aprovechando la desafortunada apertura del
Dachel Duquesne (10-8) que no pudo sacar outs; al tiempo que permitió
sencillo de Roel Santos, le regaló cuatro malas a Manduley, le propinó
pelotazo a Paumier para llenar los ángulos y luego boleó a Despaigne y
provocó carrera forzada.
Esta secuencia negativa llevó a su
reemplazo por el veloz Raidel Martínez pero Guillermo Avilés se puso el
traje de verdugo y le botó la pelota por la banda derecha para completar
el ramillete de estremecedor efecto psicológico en la banca avileña.
En
la cuarta entrada los Alazanes galoparon de nuevo al combinar un boleto
a Frank Camilo con sencillos de Santos y Manduley, acompañados por
doblete impulsor de Yunior Paumier que llevó a dos corredores a la goma y
decretó la explosión de Raidel Martínez.
Ariosky Hernández llego
desde el bulpén para sofocar la revuelta pero su actuación no pudo ser
más desafortunada: tras boleto intencional a Despaigne le propinó
pelotazo a Dennis Laza y le dio boleto de libre tránsito a Carlos
Benítez que provocó la tercera y última carrera del episodio (forzada).
En
la parte alta del quinto los visitantes lograron su única carrea del
encuentro cuando Raúl González le botó la pelota a Lázaro Blanco; sin
embargo ese ínfimo descuento quedo sin efecto porque los potros de
Carlos Martí recompusieron el margen al anotar una vez en la parte baja
de esa propia entrada por boleto a Despaigne con las bases llenas,
concedido por Yunser Corrales; sustituto de Ariosky Hernández en la
entrada anterior.
El puntillazo lo proporcionó Yordan Manduley en
la séptima entrada mediante fly de sacrificio que llevó hasta el
pentágono a Yoelkis Céspedes quien había entrado en circulación por
pelotazo y avanzado hasta la antesala por wild pitch y bola ocupada,
respectivamente.
Así las cosas, es cuestión de tiempo el paseo en
coche de los Alazanes por Bayamo pues Ciego de Ávila tendría que ganar
cuatro juegos seguidos para evitar el jolgorio granmense y esa hazaña
mayúscula no tiene antecedentes en la historia de nuestro torneo
invernal.
De todas formas desde el puente de mando avileño no
llegan voces de rendición, por el contrario los actuales campeones están
determinados a defender su corona a toda costa pese a la abrumadora
desventaja que los oprime y en ese camino de resurrección necesitarían,
al menos, ganar los dos juegos que les restan en tierra del adversario
para conseguir sobrevida que los lleve de vuelta al José Ramón Cepero.
Erly
Casanova encara este domingo la misión de mantener vivo ese sueño de
los Tigres en medio de tan adversa realidad; mientras que Carlos Martí
podría buscar el remate con el zurdo Leandro Martínez.
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