Plaza de la revolución

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domingo, 22 de enero de 2017

Sismo del 17 de enero causó afectaciones en poblados granmenses

Por Gretchen Gómez González

Santiago de Cuba, 22 ene.— El sismo del 17 de enero pasado de magnitud 5.8 en la escala de Richter, perceptible en el Oriente cubano, tuvo una intensidad máxima de VI en la escala Macrosísmica europea (EMS por sus siglas en inglés), en los poblados Providencia y Las Mercedes de Granma, informó el Centro Nacional de Investigaciones  Sismológicas (CENAIS).

Como es usual en caso de sismos fuertes, ingenieros civiles, geólogos y geofísicos del CENAIS recorrieron los lugares reportados por la Defensa Civil y la población, para determinar, según rigurosos parámetros, si las afectaciones fueron originadas o no por el sismo y a cuál intensidad correspondían estas.
  
Darío Candebat Sánchez, ingeniero jefe de los equipos del CENAIS, explicó a la ACN que en esas comunidades, muy próximas al epicentro del sismo, se detectaron grietas pasantes y escalonadas en esquinas de vanos y muros, caídas de tejas y ligeros hundimientos del piso por malas cimentaciones.
  
Las principales causas de las afectaciones son el uso de la tipología constructiva de mampostería simple que no emplea acero para las columnas ni las vigas, aseguró.
  
Para declarar esa intensidad máxima tuvimos en cuenta además cómo las personas se despertaron y salieron de sus casas, cómo cayeron espejos de las paredes, objetos de las repisas y los de las mesas perdieron su estabilidad, expresó.
  
Empleamos para ello la escala EMS, surgida en Europa en 1998, y que sustituyó el uso en el país de la MSK, pues permite clasificar los daños en función de la vulnerabilidad y no solo del tipo de estructura.
  
Se visitó además el propio día 17 la cabecera municipal de Bartolomé Masó en Granma donde no se detectaron daños, y en el municipio Yara tres escuelas que tuvieron mínimas grietas y fisuras, y una casa construida en 1901, en muy malas condiciones, donde cayó el pretil y se separaron los muros.
  
De igual modo, en el municipio Guamá de la provincia de Santiago de Cuba atendimos los reportes de los poblados de Mota, Chivirico, Uvero y La Plata, sin daños constatados y se recibieron posteriormente otros, la mayoría del municipio de Bayamo, en los que se trabaja, afirmó.
  
Candebat Sánchez insistió en que lo que hace resistente o no una edificación es la calidad de su construcción y la adecuada selección de la tipología constructiva.
  
En zona sísmica son recomendadas las tipologías de pórtico de acero, las de muro de hormigón como el sistema Forsa, o la de pórtico de hormigón armado con una buena cimentación, siempre con materiales de calidad, precisó.
  
Las personas que construyen por esfuerzo propio pueden dirigirse al arquitecto de la comunidad y las empresas de proyectos que pueden orientarlos a partir de la Norma Sísmica Cubana de 1999, expresó.
 
También en el CENAIS elaboramos una cartilla de consejos útiles para construir viviendas con características sismo-resistentes, lo que da herramientas a los individuos que son sus propios inversionistas, para debatir si fuera necesario con los constructores sobre la ejecución de la obra, manifestó.
  
Es posible rehabilitar las viviendas de mampostería en zonas vulnerables mediante un reforzamiento estructural, al construirle confinamientos,  columnas y vigas del espesor de las paredes, lo que sabemos, pasa por un complejo problema de recursos materiales, reflexionó.
  
No obstante, el CENAIS en los últimos años ha conducido los estudios de Peligro, Vulnerabilidad y Riesgo en las ciudades de mayor riesgo sísmico del país, y los resultados se han integrado a los planes de reducción de desastre de las mismas para adoptar medidas que minimicen los posibles daños, dijo.
 
Este sismo evidenció además la necesidad de continuar preparándonos en la conducta ante la ocurrencia de uno fuerte, pues no pueden haber objetos que obstaculicen la salida de los locales y hay que saber, en cada lugar que uno está, cuáles son los espacios seguros en los que puede protegerse, agregó.
  
Se trata, en resumen, de aprender a convivir con los sismos como con el resto de los fenómenos naturales, en medio de tantas limitaciones económicas, lo que no es una cuestión exclusiva de Cuba, sino un reto compartido con el mundo, concluyó.

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