Santiago de Cuba, 7 oct.— Sus trabajadores conocen el valor del tiempo y la tenacidad. La vigilancia de un huracán intenso y errático como Matthew es la prioridad del Centro Provincial Meteorológico de Santiago de Cuba hace más de 40 años.
Cerca de 70 trabajadores, tienen minuto a
minuto la última información meteorológica según nos comentó la
ingeniera Asela Montoya Rosales, Subdirectora Técnica del Centro:
“Nuestro centro cuenta con 3 estaciones meteorológicas en las que
trabajan 2 especialistas por cada una, monitoreando el tiempo cada una hora ante la proximidad de huracanes.
También tenemos un radar en la Gran Piedra con 2 especialistas y un ingeniero monitoreando cada cinco minuto la trayectoria de estos fenómenos en caso de que representen una amenaza por su proximidad a nuestro país. El grupo se completa con especialistas de pronósticos que cuentan con todas las herramientas necesarias para el seguimiento de la trayectoria del huracán y mantener a la población informada de la situación en la provincia”.
Proyectos e investigaciones científicas les permiten también conocer las principales vulnerabilidades del territorio para, desde aquí, preservar la economía y vida.
“Un ciclón tiene asociados tres peligros fundamentales –apunta Montoya Rosales- penetraciones del mar, lluvias intensas y fuertes vientos. Nuestra provincia tiene un extenso litoral con asentamientos cercanos que pueden sufrir penetraciones del mar, fundamentalmente en el municipio Guamá. Hay que estar atentos también a las intensas lluvias en los territorios de II Frente y Palma Soriano que pueden inundarse y ante los fuertes vientos se precisa retirar los objetos peligrosos que puedan convertirse en un proyectil”.
Durante las contingencias, se suma a este colectivo un equipo de radioaficionados que aseguran las comunicaciones inmediatas con todos los puntos del sistema rector de la meteorología.
Cada año, ante la proximidad de la temporada ciclónica, ellos prueban nuevamente el valor del tiempo y la tenacidad.
También tenemos un radar en la Gran Piedra con 2 especialistas y un ingeniero monitoreando cada cinco minuto la trayectoria de estos fenómenos en caso de que representen una amenaza por su proximidad a nuestro país. El grupo se completa con especialistas de pronósticos que cuentan con todas las herramientas necesarias para el seguimiento de la trayectoria del huracán y mantener a la población informada de la situación en la provincia”.
Proyectos e investigaciones científicas les permiten también conocer las principales vulnerabilidades del territorio para, desde aquí, preservar la economía y vida.
“Un ciclón tiene asociados tres peligros fundamentales –apunta Montoya Rosales- penetraciones del mar, lluvias intensas y fuertes vientos. Nuestra provincia tiene un extenso litoral con asentamientos cercanos que pueden sufrir penetraciones del mar, fundamentalmente en el municipio Guamá. Hay que estar atentos también a las intensas lluvias en los territorios de II Frente y Palma Soriano que pueden inundarse y ante los fuertes vientos se precisa retirar los objetos peligrosos que puedan convertirse en un proyectil”.
Durante las contingencias, se suma a este colectivo un equipo de radioaficionados que aseguran las comunicaciones inmediatas con todos los puntos del sistema rector de la meteorología.
Cada año, ante la proximidad de la temporada ciclónica, ellos prueban nuevamente el valor del tiempo y la tenacidad.
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