Por Rosalina Tamayo Arañó
Palma Soriano, Santiago de Cuba, 24 mar.— El amor supera cualquier diferencia, está por encima de tabúes, prejuicios, miradas inquisitivas o comentarios mal intencionados. Unos identifican este sentimiento con el color rojo, otros lo ven de azul, hoy les presento al amor en blanco y negro.
Palma Soriano, Santiago de Cuba, 24 mar.— El amor supera cualquier diferencia, está por encima de tabúes, prejuicios, miradas inquisitivas o comentarios mal intencionados. Unos identifican este sentimiento con el color rojo, otros lo ven de azul, hoy les presento al amor en blanco y negro.
Inspirada en la canción de Waldo
Mendoza, “Negro y blanco” me decidí por fin a escribir este reportaje
que hace tiempo lo tenía pensado, mi pareja es un mulato y yo soy blanca
y son muchos los ojos que nos miran al pasar y al ser mi hijo bien
parecido a su padre, la pregunta de ¿ese es tu hijo?, me reafirma que
aunque cada vez más se conforman las parejas bicolor y que en Cuba no
existe discriminación racial institucionalmente todavía aparecen
prejuicios, pero al final vence el amor.
Rosita una joven mulata camarera de un paladar me confiesa que ella no tienen nada en contra de los negros, pero prefiere como pareja un hombre de piel clara.
Al indagar sobre el tema con un grupo de estudiantes del preuniversitario Ramón Campa Delgado, las muchachas coincidían en que no importaba el color de la piel sino los sentimientos y valores de las personas y expresaban que el amor no tiene color.
“Negro y blanco me enamoré de tu color divino”, reza la canción de Waldo que le viene muy bien a Beatriz y su esposo, ella rubia de piel muy blanca y él de piel negra brillante, al preguntarle si había sido fácil la relación en sus inicios, rieron y la muchacha nos dijo que todos los miraban extrañados, que había sido complicado que su familia lo aceptara, pero actualmente llevan 6 años juntos y tienen un hijo.
Para Eliade su relación con una mujer blanca no tuvo ningún problema, por 15 años están juntos y sus familias se llevan muy bien.
María una negra de cuerpo voluminoso, tiene una historia parecida, está casada con Jaime Blanco y su apellido le viene muy bien, ella nos cuenta que “nos conocimos y relacionamos como una pareja normal, llevamos 15 años de casados y tenemos 3 hijos. Cuando salimos a la calle la gente nos mira como diciendo “este blanco y esta prieta”, pero ya se acostumbraron porque somos una pareja estable.
Para último dejé la historia de Ariadna y Harol, ella blanca, maestra y el negro cuentapropista que ejerce la actividad de zapatero, una pareja que siempre me llamaba la atención por lo bien que se llevan, por como él la ayuda en las cosas de la casa y que accedieron a contarnos sus vivencias que no fueron nada negativas, también llevan 15 años juntos, con un hijo precioso y una vida en común satisfactoria.
Harol expresa que al enamorarla no tuvo en cuenta el color de su piel, que muchas personas los cuestionaron, pero que ellos han sabido superar todos los tabúes existentes y que su vida lo demuestra.
Ariadna me cuenta que el que dirán de la gente nunca le importó “porque Harol es un buen esposo, excelente padre, pretendemos este año concebir otro hijo y seguir fortaleciendo la relación y él sin importar que estuviéramos presentes le hizo toda una confesión amorosa a su esposa y exhortó a las personas que no se fijaran en el color de la piel sino en el corazón”.
Rosita una joven mulata camarera de un paladar me confiesa que ella no tienen nada en contra de los negros, pero prefiere como pareja un hombre de piel clara.
Al indagar sobre el tema con un grupo de estudiantes del preuniversitario Ramón Campa Delgado, las muchachas coincidían en que no importaba el color de la piel sino los sentimientos y valores de las personas y expresaban que el amor no tiene color.
“Negro y blanco me enamoré de tu color divino”, reza la canción de Waldo que le viene muy bien a Beatriz y su esposo, ella rubia de piel muy blanca y él de piel negra brillante, al preguntarle si había sido fácil la relación en sus inicios, rieron y la muchacha nos dijo que todos los miraban extrañados, que había sido complicado que su familia lo aceptara, pero actualmente llevan 6 años juntos y tienen un hijo.
Para Eliade su relación con una mujer blanca no tuvo ningún problema, por 15 años están juntos y sus familias se llevan muy bien.
María una negra de cuerpo voluminoso, tiene una historia parecida, está casada con Jaime Blanco y su apellido le viene muy bien, ella nos cuenta que “nos conocimos y relacionamos como una pareja normal, llevamos 15 años de casados y tenemos 3 hijos. Cuando salimos a la calle la gente nos mira como diciendo “este blanco y esta prieta”, pero ya se acostumbraron porque somos una pareja estable.
Para último dejé la historia de Ariadna y Harol, ella blanca, maestra y el negro cuentapropista que ejerce la actividad de zapatero, una pareja que siempre me llamaba la atención por lo bien que se llevan, por como él la ayuda en las cosas de la casa y que accedieron a contarnos sus vivencias que no fueron nada negativas, también llevan 15 años juntos, con un hijo precioso y una vida en común satisfactoria.
Harol expresa que al enamorarla no tuvo en cuenta el color de su piel, que muchas personas los cuestionaron, pero que ellos han sabido superar todos los tabúes existentes y que su vida lo demuestra.
Ariadna me cuenta que el que dirán de la gente nunca le importó “porque Harol es un buen esposo, excelente padre, pretendemos este año concebir otro hijo y seguir fortaleciendo la relación y él sin importar que estuviéramos presentes le hizo toda una confesión amorosa a su esposa y exhortó a las personas que no se fijaran en el color de la piel sino en el corazón”.
No hay comentarios:
Publicar un comentario